Acaba un curso. Porque los cursos acaban en septiembre.
Como os decía, acaba un curso, y con él se marchan alumnos y compañeros a los que dejaré de ver a diario. Compañeros que lo han sido todo en algunos momentos. Rectifico: COMPAÑERAS. Las destinaciones de interinidad nos hicieron coincidir en un lugar y un momento concretos, pero las relaciones se forjan día a día y a las personas se las conoce por lo que hacen, no por lo que dicen.
Dejo Son Servera, y ahí dejo también buenas amistades que he hecho a lo largo del curso y un DEPARTAMENTAZO. Así, en mayúsculas, porque ellas lo valen, porque son unas profesionales como la copa de un pino de las cuales he podido aprender un montón y que también son el ejemplo a seguir si uno quiere ser un buen docente.
No os miento si afirmo que, pese a mi verborrea habitual, no me salen las palabras para deciros lo mucho que he disfrutado con ellas. Hemos sido un departamento de los que santifican las fiestas, de los que se ríen, de los que se entienden con solo mirarse, de los de pasar de ser muy finas y elegantes a nombrar a "Troppo Grosso". Hemos sido el departamento de los cafés de María Antonia S., mi 'genia' del miniclub de las morenas, a quien admiro muchísimo; de las comidas a final de trimestre; de los detallitos de María Antonia F., nuestra jefa y capitana, que pone mimo en todo lo que hace; de las confidencias; de la inestimable ayuda y los sabios consejos de Loli, nuestra PT, cuyo pragmatismo y eficiencia siempre estaban ahí para solucionarlo todo; del apoyo mutuo; del vídeo que nos pasó Anabel a final de curso y que logró que lloráramos como magdalenas y cuyos materiales de 3º me han ahorrado un montón de trabajo; de los consejos TIC de Emma, que no se cansa de trabajar y de hacer cosas nuevas; de los chistes malos de Marga, quien siempre logra sacarnos una sonrisa y tiene conquistados a sus alumnos con sus camisetas temáticas; de las reuniones de departamento que se pasaban volando; de participar juntas en todo lo posible, incluyendo la excursión a Aqualand. ¡Hasta somos sospechosas de haber aprobado a algún que otro alumno!
Reconozco que este no ha sido mi mejor año, pero ellas han estado siempre ahí, siempre. Ojalá que el destino vuelva a poneros en mi camino y que todas tengáis toda la suerte que os merecéis y todo el cariño que me habéis dado.
Muchas gracias por haber sido mis compañeras. Siempre lo seréis. Os quiero y os voy a echar de menos. Mucho.
Porque acaba un curso, pero empieza otro.
Diario de una profesora (interina) funcionaria en prácticas.
miércoles, 5 de septiembre de 2018
miércoles, 10 de mayo de 2017
jueves, 30 de marzo de 2017
Maricuquismo en estado puro
Aunque mi piel es grasa, suelo tenerla deshidratada, así que ni corta ni perezosa cuando vi las mascarillas de Garnier en el lineal del supermercado me atreví a probarlas.
¡Y qué acierto! ¡Megahidratación en 15 minutos! Además, vienen para su aplicación directa con un tisú ya impregnado con el producto y son supersuaves y comodísimas. Permiten seguir haciendo cosas mientras la mascarilla actúa, y eso es un plus.
¡Prometo repetir!
¡Y qué acierto! ¡Megahidratación en 15 minutos! Además, vienen para su aplicación directa con un tisú ya impregnado con el producto y son supersuaves y comodísimas. Permiten seguir haciendo cosas mientras la mascarilla actúa, y eso es un plus.
¡Prometo repetir!
jueves, 9 de febrero de 2017
Por qué a veces no pensaré antes de hablar...
La cosa fue más o menos así:
- Clase de lengua. Primero de ESO.
- Hay actividades por hacer. Los alumnos preguntan si en el libro o en el cuaderno. En el cuaderno.
- Hay entregas por hacer. Un alumno pregunta si hay que hacer las entregas a mano o a ordenador.
- Le contesto con un refrán: "A mano como un buen cristiano".
- Es un alumno musulmán.
- Me mira con cara de "Really?".
- Me invento una historia para ese refrán. A la mierda la alianza de civilizaciones.
El alumno en cuestión aún se está partiendonla caja con la situación. Yo sudé la gota gorda. 😂😂😂😂
miércoles, 1 de febrero de 2017
El pueblo y la importancia de la selección lingüística
Otro post cortito.
Se supone que pueblo, como Hacienda, somos todos. Wait! ¿O aquí va a pasar que lo mismo que en el juicio de Urdangarín, donde la Abogacía del Estado soltó que eso sólo era un eslogan publicitario? Sí, va a ser eso...
Resulta que hace un tiempo recibí un e-mail que empezaba por una frase tan manida que puede ser un arma de doble filo: «Por petición popular». ¿Petición de quién? ¿Popular? ¿Y yo no soy pueblo? Aclarémoslo.
Éstas, amigos, son las cosas que pasan cuando no haces un uso apropiado del lenguaje. Que igual me equivoco y no hay intenciones oscuras detrás, pero si uno no quiere que los demás duden lo primero que debe hacer es seguir el orden lógico de las cosas, que para mí es: pedir opinión, votar, respetar la mayoría. El orden no-lógico es: imponer mi criterio y el de las personas que me son afines, dar las cosas por hechas, hacer una votación (¿para qué?), poner una solución intermedia que no satisface a nadie, fomentar la crispación entre el auditorio.
Con lo fáciles que podrían ser las cosas... Y la verdad, si no lo suelto, reviento.
__________________________________
PD. Ya sabéis que MIS posts responden a MIS apreciaciones de la realidad. Si vosotros tenéis una visión diferente, pues hala, tan amigos. Eso sí, no pretendáis que yo cambie de opinión, así como yo no pretendo influiros a vosotros. Haceros un blog o algo, y nos lo contáis. ;)
Se supone que pueblo, como Hacienda, somos todos. Wait! ¿O aquí va a pasar que lo mismo que en el juicio de Urdangarín, donde la Abogacía del Estado soltó que eso sólo era un eslogan publicitario? Sí, va a ser eso...
Resulta que hace un tiempo recibí un e-mail que empezaba por una frase tan manida que puede ser un arma de doble filo: «Por petición popular». ¿Petición de quién? ¿Popular? ¿Y yo no soy pueblo? Aclarémoslo.
- Si alguien usa esa frase y sabe que no todo el mundo le ha hecho la petición, muy probablemente quiera dar por hecho algo sin consultárselo a todos los implicados.
- Los no consultados están en su derecho de sentir que se les ha excluido de eso que llaman «pueblo».
- Los no-pueblo también tienen derecho a pensar que se les ha ocultado algo.
- Los no-pueblo pueden pensar que los sí-pueblo los consideran inferiores, pues dan por hechas cosas que les incumben sin pedirles opinión.
Será que algunos son seguidores de Gaitán. Fuente.
Éstas, amigos, son las cosas que pasan cuando no haces un uso apropiado del lenguaje. Que igual me equivoco y no hay intenciones oscuras detrás, pero si uno no quiere que los demás duden lo primero que debe hacer es seguir el orden lógico de las cosas, que para mí es: pedir opinión, votar, respetar la mayoría. El orden no-lógico es: imponer mi criterio y el de las personas que me son afines, dar las cosas por hechas, hacer una votación (¿para qué?), poner una solución intermedia que no satisface a nadie, fomentar la crispación entre el auditorio.
Con lo fáciles que podrían ser las cosas... Y la verdad, si no lo suelto, reviento.
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PD. Ya sabéis que MIS posts responden a MIS apreciaciones de la realidad. Si vosotros tenéis una visión diferente, pues hala, tan amigos. Eso sí, no pretendáis que yo cambie de opinión, así como yo no pretendo influiros a vosotros. Haceros un blog o algo, y nos lo contáis. ;)
lunes, 30 de enero de 2017
El saludo
Este post va a ser cortito. Vayamos por partes.
1. Trabajamos en el mundo de la educación.
2. Lo básico en educación es saludar.
3. Queremos enseñar a los niños a saludar.
4. Fin.
Entonces, ¿por qué c*ñ* hay docentes que no saludan a sus compañeros sin que haya un motivo aparente? Y luego serán los que querrán educar en valores y se llenarán la boca de educación y de compañerismo. Mis cojones treinta y tres.
Y como diría el Schuster de Polonia: No hase falta que dises nada más.
------------------------------
Ampliación del post
Hay muchos tipos de saludo: la cortesía a la dama, la inclinación respetuosa de los japoneses, el puño cerrado comunista, el saludo nazi, el beso de nariz de los esquimales, el abrazo, el apretón de manos, el saludo militar, el beso pasional de una pareja, el saludo masón, la genuflexión, el saludo nigga, etc. Cada uno que elija el que más le guste. A mí con un «hola» o incluso con un leve levantamiento de cejas me basta.
Será porque he trabajado en turismo, o porque me parece que el saludo no se le niega ni al peor enemigo, pues antes que las rencillas está la cordialidad. En las empresas en las que he trabajado se me ha enseñado que cuando te encuentras con una persona la tienes que saludar aunque sea la trigesimoséptima vez que la ves ese día, más aún cuando sois las dos únicas personas en el pasillo y se va a crear una situación incómoda si no se establece una comunicación mínima. Un simple «hola» es suficiente, tampoco hace falta contarse la vida.
Así como hay un código de vestuario, también hay un código de conducta en el entorno laboral. Si existe, es por algo, en primer lugar para ser respetado y, en segundo lugar, para evitar situaciones como las que llevo viviendo desde principio de curso; y si bien es cierto que la Conselleria (aún) no nos ha pasado ninguna circular al respecto (aunque a veces haría falta), no está de más aplicar el sentido común y, sobre todo, no ser hipócritas. No se puede trabajar en educación y carecer de ella.
1. Trabajamos en el mundo de la educación.
2. Lo básico en educación es saludar.
3. Queremos enseñar a los niños a saludar.
4. Fin.
Entonces, ¿por qué c*ñ* hay docentes que no saludan a sus compañeros sin que haya un motivo aparente? Y luego serán los que querrán educar en valores y se llenarán la boca de educación y de compañerismo. Mis cojones treinta y tres.
Y como diría el Schuster de Polonia: No hase falta que dises nada más.
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Ampliación del post
Hay muchos tipos de saludo: la cortesía a la dama, la inclinación respetuosa de los japoneses, el puño cerrado comunista, el saludo nazi, el beso de nariz de los esquimales, el abrazo, el apretón de manos, el saludo militar, el beso pasional de una pareja, el saludo masón, la genuflexión, el saludo nigga, etc. Cada uno que elija el que más le guste. A mí con un «hola» o incluso con un leve levantamiento de cejas me basta.
Será porque he trabajado en turismo, o porque me parece que el saludo no se le niega ni al peor enemigo, pues antes que las rencillas está la cordialidad. En las empresas en las que he trabajado se me ha enseñado que cuando te encuentras con una persona la tienes que saludar aunque sea la trigesimoséptima vez que la ves ese día, más aún cuando sois las dos únicas personas en el pasillo y se va a crear una situación incómoda si no se establece una comunicación mínima. Un simple «hola» es suficiente, tampoco hace falta contarse la vida.
Así como hay un código de vestuario, también hay un código de conducta en el entorno laboral. Si existe, es por algo, en primer lugar para ser respetado y, en segundo lugar, para evitar situaciones como las que llevo viviendo desde principio de curso; y si bien es cierto que la Conselleria (aún) no nos ha pasado ninguna circular al respecto (aunque a veces haría falta), no está de más aplicar el sentido común y, sobre todo, no ser hipócritas. No se puede trabajar en educación y carecer de ella.
domingo, 29 de enero de 2017
La sala de profesores
Si bien este espacio podría dar mucho que hablar en cualquier instituto, hoy me limitaré a ofreceros una recomendación literaria: La sala de profesores, de Markus Orths, publicado en español por Seix Barral.
Aunque en el libro aparecen algunas situaciones surrealistas y exageradas, muchas sí se parecen a nuestro día a día. Fue el primer libro del que disfruté al regresar de Menorca, y ojalá lo hubiera leído antes: seguramente hubiera vivido ciertas situaciones de manera diferente. No os cuento más y os dejo aquí una reseña.
En mi opinión, La sala de profesores sirve de terapia para cualquier profesor frustrado en algún momento de su carrera, pues logrará esbozar una sonrisa sarcástica y socarrona a cualquier docente que se sienta identificado con alguno de los pasajes de la obra, desde los más extremos a los más cotidianos. 100% recomendable.
Aunque en el libro aparecen algunas situaciones surrealistas y exageradas, muchas sí se parecen a nuestro día a día. Fue el primer libro del que disfruté al regresar de Menorca, y ojalá lo hubiera leído antes: seguramente hubiera vivido ciertas situaciones de manera diferente. No os cuento más y os dejo aquí una reseña.
En mi opinión, La sala de profesores sirve de terapia para cualquier profesor frustrado en algún momento de su carrera, pues logrará esbozar una sonrisa sarcástica y socarrona a cualquier docente que se sienta identificado con alguno de los pasajes de la obra, desde los más extremos a los más cotidianos. 100% recomendable.
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sábado, 28 de enero de 2017
Cinco años de blog interino
Este mes de enero mi blog cumple cinco años. Parece que era ayer cuando estaba en el IES Cap de Llevant y disfrutaba de uno de los momentos más dulces de mi vida, tanto profesional como personalmente. Parece que era ayer, como digo, que empezaba mi andadura con las nuevas tecnologías de la mano de muchos cursos de formación y, sobre todo, de la paciencia de muchos compañeros altruistas.
En su día el blog me sirvió como válvula de escape, como ventana al mundo, como altavoz a mis frustraciones e ideas. Poco a poco lo fui dejando, por rutina o por cansancio, no lo sé. Ahora sí sé que a veces no he publicado por el miedo a la sala de profesores, a esas miradas inquisitorias contra quienes dicen verdades incómodas, a esos ojos que fulminan a aquel que se atreve a pensar (diferente) y a decirlo, a esas personas a las que les molesta que los demás pensemos y sintamos, así, a secas. ¿Pero sabéis qué? ME DA IGUAL.
Ha sido hoy cuando, hablando con un compañero que estuvo conmigo en algunos de mis momentos más duros, me he dado cuenta de que no merece la pena dejar de hacer lo que a uno le gusta, lo que a uno le llena, sólo por el qué dirán. Eso sí, también soy consciente de que cuando uno se pone en la picota también es susceptible de recibir críticas y opiniones diferentes. La clave está en respetar todas las posiciones (TODAS, la mía también, guapis), pues el mundo cambia mucho según la óptica con que lo miremos.
Así que, con todo mi mundo desmoronándose, un trabajo medio anodino en el que intento centrarme en mis chiquimonsters (qué seríamos sin ellos) y unas oposiciones a la vista, creo que voy a adoptar la actitud suicida de retomar el blog y que éste sea la ventana mordaz al mundo de los docentes. Le pese a quien le pese. O mejor dicho: para que le pese a quien le tenga que pesar.
Que no nos quiten la ilusión.
¡Gracias por haberme acompañado en estos cinco años!
En su día el blog me sirvió como válvula de escape, como ventana al mundo, como altavoz a mis frustraciones e ideas. Poco a poco lo fui dejando, por rutina o por cansancio, no lo sé. Ahora sí sé que a veces no he publicado por el miedo a la sala de profesores, a esas miradas inquisitorias contra quienes dicen verdades incómodas, a esos ojos que fulminan a aquel que se atreve a pensar (diferente) y a decirlo, a esas personas a las que les molesta que los demás pensemos y sintamos, así, a secas. ¿Pero sabéis qué? ME DA IGUAL.
Ha sido hoy cuando, hablando con un compañero que estuvo conmigo en algunos de mis momentos más duros, me he dado cuenta de que no merece la pena dejar de hacer lo que a uno le gusta, lo que a uno le llena, sólo por el qué dirán. Eso sí, también soy consciente de que cuando uno se pone en la picota también es susceptible de recibir críticas y opiniones diferentes. La clave está en respetar todas las posiciones (TODAS, la mía también, guapis), pues el mundo cambia mucho según la óptica con que lo miremos.
Así que, con todo mi mundo desmoronándose, un trabajo medio anodino en el que intento centrarme en mis chiquimonsters (qué seríamos sin ellos) y unas oposiciones a la vista, creo que voy a adoptar la actitud suicida de retomar el blog y que éste sea la ventana mordaz al mundo de los docentes. Le pese a quien le pese. O mejor dicho: para que le pese a quien le tenga que pesar.
Que no nos quiten la ilusión.
¡Gracias por haberme acompañado en estos cinco años!
martes, 8 de noviembre de 2016
El estuche de emergencia
Este año me he dado cuenta no sólo de algo de lo que vengo apercibiéndome desde hace ya un tiempo, como son aquellos alumnos con necesidades económicas severas, sino también de que tenemos un grupo significativo de alumnos que no son lo suficientemente maduros y autónomos como para autogestionarse cosas tan básicas como sus necesidades fisiológicas, cuanto menos para organizarse su material y su trabajo. Antes de que me apedreéis, os diré que hablo de chavales de 11 o 12 años como mínimo, edades en las que creo que esto ya tendría que estar más que superado.
Así pues, cansada de prestarles mi material, he decidido crear un "estuche de emergencia" del que poder tirar sin tener que quedarme yo sin lápiz, bolis o goma. Ya sabéis que el material escolar tiene tendencia a desaparecer y/o volatilizarse...
¿Qué os parece la idea? ¿Cómo lo solucionaríais vosotros para que la falta de material interfiriera lo mínimo posible en vuestra asignatura?
Así pues, cansada de prestarles mi material, he decidido crear un "estuche de emergencia" del que poder tirar sin tener que quedarme yo sin lápiz, bolis o goma. Ya sabéis que el material escolar tiene tendencia a desaparecer y/o volatilizarse...
¿Qué os parece la idea? ¿Cómo lo solucionaríais vosotros para que la falta de material interfiriera lo mínimo posible en vuestra asignatura?
miércoles, 5 de octubre de 2016
Día mundial del docente
En el día mundial del docente os dejo dos cosas: un tuit y un vídeo.
*Activad subtítulos
Tu profesor es el mejor aliado de tu aprendizaje. Dentro y fuera del aula tu #RESPETO es el mejor GRACIAS. #DiaMundialdelosDocentes pic.twitter.com/VpOz0pmfbu
— Policía Nacional (@policia) 5 de octubre de 2016
*Activad subtítulos
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