No, queridos blogonautas, no os voy a hacer un discurso feminista. Hoy os podréis reír de mí todo lo que queráis: Hoy se me ha desabrochado el sujetador en clase. Dos veces.
Sí, amigos, un cambio de talla es una putada; también en ese aspecto. Eso sí, mil gracias a la jefa de estudios que me ayudó con el apuro, aunque la próxima vez creo que directamente lo quemaré cual sufraggette revolucionaria.
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