Yo creo que voy camino de ser la próxima columbainera de Baleares, pero no en la UIB. Nuestra uni mola, y mucho. Lo seré en el CEPA Joan Mir y Mir de Mahón (añadid a esto una sonrisa maléfica). Yo no es que apoye la violencia, es que soy muy de los refranes, y si hay uno que dice "muerto el perro, se acabó la rabia", por algo será.
A mí mi profesión me gusta, me encanta, me fascina y me apasiona, pero no es mi vida. Ahora saldrán los típicos que dicen que los profesores somos unos vagos, y tal... Pues me da igual. Si el que trabaja en una fábrica al cumplir sus horas semanales se va a casa, pues yo también. Por ley tengo 37.5 horas laborales, de las cuales 28 períodos lectivos hay que pasarlos en el centro. Esto da un cómputo de unas 25.5 horas en el centro. Los descansos, tanto si son los típicos "patios" del instituto, de 15 o 20 minutos, como mis ridículos y poco recomendables 5 entre clase y clase (que te pasas de camino en una itinerancia que no te pagan y no puedes ni mear tranquila, mucho menos tomarte un café que no arda en las claderas del infierno), no computan en este total. Así que yo en casa tengo que trabajar unas 12 horas. Clama al cielo que son más, muchas más.
A veces suelo quedarme una hora extra en el centro para suplir, pero en general trabajo 2 horitas cada día (formándome, corrigiendo, preparando clases, buscando materiales, elaborando dossiers, etc.) y dos más el fin de semana. Eso cuando "no" hay trabajo. Cuando lo hay acabo antes si cuento las horas que duermo. Me he propuesto firmemente no trabajar más de esas horas. Y si las cosas no se han acabado, pues mala tarde. Tampoco nos tratan tan bien -ni la Conselleria ni otras esferas- como para que vayamos regalando horas extra por ahí.
En mi horario personal pone que empiezo al minuto '05 de cada hora, es decir, por las mañanas a las 9'05 y por las tardes a las 17'05. Entonces... ¿Por qué coño se convocan reuniones a las 5 en punto? ¿Somos tontos o es que nos gusta serlo? Si regalo los primeros cinco minutos de cada jornada o fragmento de jornada, que son 8 en total, me salen 40 minutos... y oiga, pues no. Ya, claro, y vosotros me diréis: ¡Pero si son sólo cinco minutos! Sí, cinco de aquí, cinco de ahí... Invertir MI descanso en una itinerancia no pagada, porque como no cabemos, nos vamos a un centro que está cerca (a 7 minutos yendo deprisa, entre que recoges, llegas y tal), no poder casi ir al baño (riñones míos, perdonadme) y apenas tener tiempo para tomarme un café para poder llegar con los ojos abiertos a las 10 de la noche del viernes no puede ser sano.
También me diréis: ¿Por qué no propones un cambio? Jajajaa. Perdonadme, sólo con imaginármelo me entra la risa. Todo lo que podría suponer un cambio en mi centro de buenas a primeras es un NO rotundo. ¿Y lo que molaría "arrejuntar" esos minutillos en bloques de 10, 15 o 20 minutos? ¿Eh? ¡Hasta te podrías comer un bocadillo! ¡Qué los alumnos me vienen a clase con las chuches para aguantar! Además, si necesitáis un criterio/aval científico, mi enfermera dice que eso es de locos, que, acabando a las 9 o las 10 de la noche eso no es sano. Y tampoco es sano pasarse toda la mañana sin tener tiempo para un triste tentempié.
Cierto es que cada persona tiene su biorritmo y sus costumbres. Algunos necesitan fumar cada hora, yo necesito comer a media mañana y a media tarde. Nunca estaremos todos contentos. Eso sí, yo no pienso dejar que esto afecte a mi salud. Si hay que comer en clase, se come. Y si hay que empezar 3 o 4 minutos tarde porque hay cola en el baño -sólo hay uno, y me refiero a un triste retrete para todos-, pues... los alumnos lo agradecen. :D
¿Tengo remordimientos por ello? Ninguno. Más remordimientos tengo cuando no puedo rendir por falta de condiciones. Puede resultar algo brusco que me niegue a llegar antes de mi hora a clase o a una reunión, pero pondré un ejemplo de instituto: si un profesor tiene en su horario que debe empezar a segunda hora, es decir, a las 8'55, puede estar antes en el centro, pero se dirige a clase en cuanto toca el timbre, no está acechando a los alumnos ni presionando al profesor anterior. Del mismo modo, las 8'55 no son las 9. Esos cinco minutos tarde en un instituto implican movilizar a los profesores de guardia. Los cinco minutos más temprano en el CEPA me suponen un incordio y una falta de tiempo para otros menesteres.
En la enseñanza de adultos preparamos para pruebas de acceso, tanto a Grado Superior como a la Universidad. Una vez que hemos acabado estos cursos nos dedicamos a hacer horas de refuerzo educativos (en las que se nos derivan alumnos con ciertas dificultades) y también a elaborar y reorganizar materiales. Si alguien duda de ello puede pasarse por mi slideshare. ¡A veces hasta incluso prefiero dar clases! Es mucho más organizado, metódico y satisfactorio. De hecho, creo que los alumnos que hayan aprobado las pruebas libres de bachillerato van a seguir viniendo hasta la selectividad. :D
Y por cierto, por si alguien creía que somos unos vagos de bar, en nuestro centro no hay bar, ni cantina, ni cafetería ni ná de ná. Una mísera máquina de café...
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