jueves, 1 de noviembre de 2012

Maestro de maestrillos o dime de qué presumes y te diré de qué careces

Este post va a ser cortito puesto que, como es frecuente, es sólo para manifestar mi cabreo absoluto con la estupidez humana que se hace pasar por profesionalidad.

No acepto que una persona que nunca ha pisado una aula venga a darme lecciones de cómo son los niños y de cómo dar clase. Ni acepto sus "consejos" ni acato sus órdenes ni legislación. Simplemente NO. Puedes tener miles de carreras, másteres y doctorados, pero no puedes hablar de algo que no conoces, con lo que no has experimentado, de lo que sólo sabes lo que te cuentan o lo que ves, y no lo que tú sientes. ¿Cómo pueden hablar de "estudios científicos sobre educación" si una de las premisas del método científico, como es la verificación/refutación de la hipótesis, se basa en la experimentación?

Para aprender y para recibir consejos me fío más de un maestro o de un profesor con experiencia que de cualquier gurú de la educación con miles de publicaciones pero que no ha entrado en una clase en su vida. Teorizar y decir chorraditas bonitas sabemos todos, pero trabajar de verdad de la buena... Ah, amigos, ¡eso ya es más difícil!

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2 anécdotas al respecto que viví yo siendo alumna del CAP y víctima de algunos gurús de la educación:

a) Que me digan que a un adolescente de 15 años que se porta mal le tenga que poner un gómet rojo en la frente. (Sin comentarios... ¡A saber dónde me ponía el chaval el gómet a mí!

b) Que me pongan un vídeo sobre la regla y los pelos/granos/etc. hecho en 1981-1982 y contextualizado en países anglosajones (Canadá - Reino Unido), cuando yo misma nací en 1985, he sido adolescente -con todo lo que ello conlleva- y desarrollaré mi tarea -en principio- en la cultura mediterránea (otra cosa para la que me quedo sin palabras...)

martes, 30 de octubre de 2012

Las DEA: los diagnósticos (y los falsos diagnósticos, en los dos sentidos)

Ya hablé de los NESE en el post ¿Qué es un NESE?, que es de lo más leído del blog. Allí expuse mis aventuras y desventuras con los diagnósticos y con los profesionales (y no tan profesionales) que forman parte del Departamento de Orientación. Ahí mismo podéis leer algo básico: tener una dificultad de aprendizaje no implica no poseer otras habilidades que te permitan saltarla, siempre y cuando uno reciba los estímulos y la educación que mejor se adapte a sus características.

Puesto que en esa entrada ya hablé mucho del asunto, no voy a repetirme aquí. Esta entrada sólo sirve para completar aquélla y para poner de manifiesto que tan malo es que un niño con una DEA no reciba las ayudas/adaptaciones necesaria como que se "etiquete" a un niño de disléxico/TDA/TDAH/etc. cuando no lo es. ¿Por qué? Por los siguientes motivos:

1. Los falsos positivos pueden hacer que un niño que no presenta dificultad se crea que la tiene y merme en su capacidad de esfuerzo, vamos: los falsos positivos crean holgazanes y comodones. Ya hablé en el otro post de los papás y orientadores obsesionados en encontrar algo donde no lo hay.

2. El hecho de que haya alumnos catalogados como falsos NESE hace que los que de verdad necesitan las adaptaciones y ayudas no las reciban tanto como debieran.

3. Tener a un alumno con una DEA no diagnosticada/identificada hace que el alumno crezca creyéndose inferior a los demás y con un severo problema de falta de autoestima, rasgo que puede desembocar en problemas de exclusión social de mayor envergadura.

4. Un alumno con una DEA sin identificar no recibe todas las ayudas que (legal, moral y profesionalmente) le corresponderían, y si por "buena voluntad" del profesorado las recibe, tal vez no vayan encaminadas en la dirección correcta.

He intentado resumir todo lo que podría suceder sólo en cuatro puntos, dos sobre los falsos positivos y dos sobre los falsos negativos. Esto es como un test de embarazo: tan malo es creerte embarazada y esperar con ansias un bebé que en realidad no existe como creer que no estás embarazada y que empieces a engordar misteriosamente (y no sea por las napolitanas de chocolate).

Bromas a parte, la profesionalidad y el trabajo preciso es lo que marcarán la diferencia en la educación de un niño o un adolescente en cualquier sentido. Un niño debe adaptarse a la escuela, pero la escuela también debe adaptarse un porquitín al niño, ¿no creéis?

Cuando un profesor vislumbra que puede haber algún trastorno de aprendizaje debe prestar especial atención a ese alumno para descartar o verificar que lo sea. Una vez puesto en marcha el protocolo, éste se debe revisar periódicamente para ver los avances del chaval en su modo de aprender, etc. No creo que haga falta decir que tener un informe completo del alumno que se revise anualmente y que pueda ser consultado en su expediente personal no sólo es ley, sino que además marca la diferencia entre un buen y un mal profesional y entre un alumno bien atendido y otro desatendido (e incluso mal atendido).

Dentro de clase yo sólo tengo una premisa: todos los alumnos pueden aprender. De una manera o de otra, todos pueden aprender; de mí depende que tengan éxito en ello o que fracasen. De mí depende hacerles llegar nuevas experiencias y conocimientos a través de todas las vías que sean necesarias (convencionales o alternativas) para que mejoren día a día y lleguen a ser personitas de provecho y con buen corazón. Todo lo demás, sobra.

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Por cierto, antes de que lleguen los salvapatrias de la educación a lapidarme: el post "¿Qué es un NESE?" está escrito con una mezcla de verdad e ironía, así que, por favor, leedlo desde ese punto de vista. Creo al 100% en lo que dije, pero debéis poner en marcha vuestras neuronas y vuestra inteligencia para desgranar el trigo de la paja... Que hay cada uno... ¡Qué madre mía!

lunes, 29 de octubre de 2012

La formación del profesorado o de cómo pasé vergüenza ajena

En una de las primeras jornadas del congreso sobre DEA que se celebró en Palma el ponente preguntó cuántos afectados/papás/orientadores/logopedas/maestros/profesores de secundaria había en el auditorio. Todo genial hasta que llegamos a los profesores de secundaria. 3. 3 míseras profesoras de secundaria, 2 de ellas en paro, fuimos toda la representación de ese vasto sector. Una pura vergüenza. 

No es de recibo que, de entre más de trescientas personas, uno de los colectivos más afectados sólo esté presente con 3 miembros. También debo mencionar a dos estudiantes del MFP, que no es poco. Así pues, una profe inglés, una de biología y una de castellano. Si la cara de la gente en general ya era de incredulidad, mucho más lo era la de los padres. Hasta me sentí mal, os lo juro. 

Los profesores de secundaria somos (y digo 'somos', incluyéndome) de los que más caña damos para que la atención a la diversidad sea efectiva: pedimos profesionales especializados, material especializado, nos quejamos de que nuestra formación adolece de ello... ¿y qué hacemos al respecto? Nada. Hay un congreso sobre dificultades de aprendizaje en nuestra ciudad y no acude nadie. Lo siento, pero esto no es de recibo. No te puedes quejar de algo y no intentar solucionarlo. 

¿Cuántos profesores de instituto conocéis que se quejan de que no tienen material ni ayuda para realizar las adaptaciones? Yo misma puedo llegar a ser un incordio, preguntádselo a la AL o a mis profesoras de apoyo... Pero al menos intento paliar mis deficiencias y formarme. Mal va la cosa si sólo nos formamos tres profesoras, 2 de ellas en paro, y 2 alumnas del MFP. Y con esto no quiero decir que el resto del profesorado no se ocupe de reciclarse a través de otros medios, no va este post para aquellos que se ocupan de y se preocupan por mejorar día a día, no. Vosotros sabéis bien de quiénes hablo. 

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En cuanto me calme igual amplío el post, pero cada vez que lo recuerdo me enervo. Me enervo. 

domingo, 28 de octubre de 2012

Reflexiones de un fin de semana

Este fin de semana he asistido al I Congreso Iberoamericano de las Dificultades Específicas de Aprendizaje. He sido un poco cansina con ello en Facebook, pero la verdad es que la mayoría de ponencias me han sorprendido gratamente. He disfrutado oyendo las experiencias de otros y viendo sus trabajos, y pensando en cómo podría aplicar yo algo así a mi día a día (cuando vuelva a dar clase, si es que los astros se conjuran para que un día no muy lejano vuelva a las aulas).

Mi objetivo esta semana es escribiros varios posts sobre los siguientes asuntos:

1. La formación del profesorado o de cómo pasé vergüenza ajena.
2. Maestro de maestrillos o dime de qué presumes y te diré de qué careces.
3. Las DEA: los diagnosticos (y los falsos diagnósticos, en los dos sentidos).
4. Lengua es más que escribir.
5. De la oratoria: entender y tratar el TDAH y motivar al alumnado.
6. No me juzgues.
7. Tres mamás.

Si antes de ponerme a escribir sobre todo lo anteriormente citado me preguntarais qué es lo que más me ha sorprendido, gustado, conmovido, etc. del congreso os diría, sin duda alguna, que ha sido la intervención de los niños -y no tan niños- en el acto de clausura. Ver cómo son plenamente conscientes de su situación y de cómo necesitan trabajar es fabuloso; ver cómo claman por sus derechos a una educación de calidad lo es más aún. Tiernamente conmovedor, profesionalmente demoledor.

Podemos hacer muchísimas bromas sobre las dificultades de aprendizaje y podemos reírnos de alguna situación, al igual que nos reímos de cualquier otra cosa cotidiana: uno que es hortera, el que siempre come bocadillos de queso, etc. Aún así, mentes críticas, os pido que no confundáis la ironía del análisis de la AD en el sistema educativo que he hecho en posts anteriores, que está hecho desde un punto de vista jocoso, con ganas de arrancar una sonrisa, con un tratamiento serio del asunto. Si me queréis juzgar por ello no os lo puedo prohibir y, además, me patina un poco... Ya lo veréis.


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Por cierto, el concurso sobre el Cid lo ha ganado Jessy y el candidato seleccionado ha sido Russell Crowe en Gladiator, con su voto y el mío! xD

martes, 23 de octubre de 2012

Un Cid contemporáneo

Yo creo que si el Cid, nuestro queridísimo Rodrigo Díaz de Vivar, Rodri para los amigos, viviera en nuestros días, tendría el aspecto de Xabi Alonso y las mismas cualidades morales de antaño.

El de la barba cumplida, muahahahahaha...

De acuerdo, estoy como una chota. No os lo niego. Pero es que estudiar el tema 42 de las opos es lo que tiene (sí, el tema de la épica, de los cantares del gesta y del Cid). Yo creo que hay cosas mucho peores que darle al rulo y hacerse un cacao mental mezclando épocas, pero bueno, ésta es una de mis pequeñas manías.

SONDEO PARA LAS FÉMINAS ASIDUAS A ESTA PÁGINA:

Si el Cid viviera en nuestros días, ¿qué aspecto creéis que tendría?

Los chicos también podéis participar, aunque no creo que la cosa tenga tanto morbillo... xD

¡El comentario más original recibirá un post dedicado en el blog! Además, intentaré hacer una mezcla de todas los hombres a los que mencionéis, así desarrollaré mi competencias digital y artística. Si no hay comentarios asumiré que estoy como una chota y pediré ayuda psiquiátrica...

domingo, 21 de octubre de 2012

WTF

No, queridos, no me refiero a What the fuck??? Bueno, un poco sí, pero no. Whatsapp, Twitter y Facebook son las tres cosas a las que soy medio-adicta (sí, sólo medio... creedme: podría serlo más). Aún así, a veces puede ocurrir que estás en un montón de redes sociales pero realmente sólo mantienes contacto social con unas pocas personas, con tus amigos, con aquellos a quienes quieres. A todos ellas, porque son ELLAS, ¡a todas ellas un besazo!

Sí, estoy ñoña, ¿¿¿¿pero acaso no se puede querer a las amigas????

lunes, 15 de octubre de 2012

Mi primera minifalda

Sí, mis queridos blogoreaders, hoy, a mis 26 años, me he comprado mi primera minifalda. Para vuestra tranquilidad y vuestra salud visual os diré que no es un minifalda RC*, sino más bien una normalita, recatadita, pero bueno, algo es algo.


Vosotros me diréis: "¿Y esto es posteable?". Pues sí. Las minifaldas me encantan, y creo que sientan bien si se saben llevar y el cuerpo más o menos acompaña. Yo jamás me había podido poner una, pero ahora con 20 kg menos voy a intentarlo. Eso sí, como la celulitis no me abandona de ninguna de las maneras (debe ser que me quiere mucho) tendré que llevarla con medias tupidas para no dar miedo a quien me vea -básicamente porque ya no es verano y ya no se permiten ciertas licencias-.

Próximo objetivo: no engordar y no comprar nada más. Pero bueno, tampoco es que haya gastado tanto... :P

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*RC: "a ras de coño", refiriéndose a una minifalda. 

¿Tienes dudas? Fundéu es tu página.

Me refiero a dudas lingüísticas; para consejos amorosos os tendréis que dirigir a otros lugares, puesto que Fundéu sólo se dedica a cuestiones de lengua. La Fundación del Español Urgente, en colaboración con la RAE, ofrece un amplio abanico de dudas que cualquier persona puede consultar clicando sobre la palabra en cuestión. Es una maravilla.

Pero no os estoy escribiendo este post sólo para hacer propaganda de la Fundéu, sino para compartir con vosotros un artículo que publicaron en mayo sobre los anglicismos en el ámbito de la moda y el textil. Ya sabéis que soy muy aficionada a las revistas de moda y a las compras (cuando mi presupuesto me lo permite), así que encontrar este artículo fue algo maravilloso puesto que a veces nos cuesta explicar algo sin una imagen a la que referirnos o, de otro modo, nos cuesta entender la jerga de un ámbito específico. Así pues, os dejo con El curioso idioma de la moda.

viernes, 12 de octubre de 2012

El macarrilla

Advertencia: Éste es un blog particular, en el que priman la ironía, el sarcasmo y el humor. Si no vas a entender este post o te vas a tirar de los pelos, ahórrate un disgusto y no lo leas, porque si eres un superhipermegapedagogo superhipermegaprogre no te va a gustar. Sólo ofrezco aquí una visión cómica del asunto, que se adapta a mi forma de ser. Esto no es, en ningún modo, una manera de proceder que tenga que publicarse en BOE/BOIB. Dicho esto, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...  




El macarrilla, kinki, cani, killo, etc. es el elemento subversivo más temido por cualquier docente dentro de una aula -y fuera también, pero bueno-. Hoy me voy a dedicar a mostraros mis poco ortodoxas y casi ilegales técnicas de futuro presidiario pedagógicas con ellos.


¿Cómo identificar a ese grano en el culo a ese alumno disruptivo?

1. Llegar a clase. 
2. Ver cuál es el mayor. 
3. Si no lo vemos, buscarlo al fondo de la clase o en cualquier rincón. 
4. Otra opción es seguir el rastro de las feromonas femeninas en dirección al macho alfa. No suele fallar. 
5. Si todo esto ha fallado, esperar a una de sus siempre oportunas y graciosas bromas o comentarios. 
6. Matarlo. Bueno, vale, me he pasado...

Como la opción de matarlo queda totalmente descartada (a menos que queramos opositar a Alcalá-Meco, y no precisamente como funcionarios), os voy a ofrecer aquí un conjunto de 'tips' que a mí me sirven para tratar con ellos. Eso no quiere decir que no me sigan sacando de mis casillas y tenga que contener mis instintos asesinos, pero al menos canalizo mi fuerza, mi ira y, sobre todo, intento "llevarlos por el buen camino". Un momento, ¿hay un buen camino? Bueno, con que no cometan actos ilegales y/o delictivos me conformo. 


Decálogo para tratar con un macarrilla

1. El macarra es chulo por naturaleza, pero nosotros debemos serlo más. Se trata de demostrar quien domina. Como me dijo una amiga mía: "Quien tiene el boli rojo tiene el poder". Cosas que le cabrean sobremanera: a. rebatirle usando la inteligencia, b. imitarlo, c. un golpe de fuerza (metafóricamente hablando). Humillarlo no sirve para nada, es más, es contraproducente. Sólo logramos herir sus sentimientos y ponerlo en evidencia, y eso es precisamente todo lo contrario de lo que pretendemos. Queremos traerlo a nuestro terreno, no que se nos cierre en banda y nos vea como "el enemigo". De acuerdo, le somos hostiles, pero siempre hay que dejar algo abierto. Además, humillar a un chaval, sea quien sea, es algo totalmente deleznable y que, además, va contra los Derechos del Niño. Hay que encontrar el justo medio entre devolvérsela y humillarlo, vamos, en su argot: "hay que vacilarle". 

2. Hay que usar sus métodos y sus acciones para que se dé cuenta de lo ridículo que resulta. Por ejemplo, si es un chaval que suele dormirse en clase (y todos sabemos que esto a veces pasa), cuando moleste mucho lo mandamos a dormir. Le sentará tan mal que os prometo que nunca más va echarse ninguna cabezadita. Si suele traer los cascos para escuchar música, en la hora de estudio asistido ponedles canto gregoriano a todo volumen. Por imposibilidad de oír su mp3 lo va a apagar y lo va a guardar. Requisárselo sirve de poco y sólo aumentamos el conflicto. En caso de que se lo decomisemos, se lo devolveremos al final de la misma clase. Muy probablemente no "reincida". Frases del tipo "Joé, profe, pero esto qué eeeees?" o "Mira que es cansina la tía" son habituales en estos casos. No os desmoralicéis, sólo mostradles una sonrisa diabólica, que vuestro chiquimonster macarrilla os la devolverá (la sonrisa). 

3. Si no viene a clase dad gracias a todos los dioses del cielo, es vuestro día llamad a sus padres y que los busquen ellos. Eso sí que lo saca de sus casillas. A mí me da mucha pena por los padres de estos chicos (porque en general son varones), pero a veces es la única manera de que el chaval reaccione y de que las familias se involucren en la educación de sus hijos. En favor de mis mini-macarrillas (de la única vez que fui tutora) he de decir que tenían familias fabulosas y muy colaboradoras, y eso, compañeros, no se paga con dinero. Estos dos chavales eran mini-macarrillas, porque eran (son) más buenos que el pan bendito y sólo se sentían desubicados (casos más comunes). 

4. Si sois sus tutores o sois profesores de guardia y sospecháis que el macarrilla está tomando estupefacientes (es fácil encontrarlos, son tan poco listos que siempre van al mismo sitio), llamad a la policía y haced una presentación formal. ¿Cómo se hace esto? Bueno, es complicado, básicamente porque ocurre fuera del centro, pero se trata de decir exactamente donde están, ir tú primero, decirles que fuera del centro no les puedes hacer nada, que se rían en tu cara pensando que han ganado, y segundos después se presente la policía, jejejejee. Es muy cruel, pero me encanta. 

5. El macarrilla hace bullying a otros alumnos. Nunca me he encontrado con este caso, así que lo primero que haría sería pedir consejo a mis compañeros y al DO -sin que sirva de precedente- para que ellos actúen, puesto que es su trabajo. Pese a ello, a veces sólo son bromas que no van más allá. ¿Qué podemos hacer? Esta es una intervención "light", puesto que se trata de organizar un juego de roles en el que el macarrilla sea el puteado y vea cómo se sienten los demás. Probado y funciona al 100%. Sí, se pierden clases, ¿y qué? ¡Se ganan personas! 

Acción más temida del macarrilla

6. Si el macarrila te pincha las ruedas del coche, pínchale las de la moto, róbale los retrovisores, etc. De acuerdo, ésta no es manera de proceder, pero ya sabéis "ojo por ojo, diente por diente". Si sois personas civilizadas descartaréis el pagar con la misma moneda (aunque lo estáis deseando, no mintáis), así que lo que tenéis que hacer es a. Informar a la dirección del centro, b. Por mucho que la dirección lo quiera mantener en lo amistoso, poner una denuncia formal en la policía. c. Antes de poner una denuncia, hablar con los padres para explicarles la situación para que vean a lo que se enfrentan y así no pillarlos por sorpresa. Os aseguro que lo agradecen. 

7. El macarrilla ha enamorado a una "niña bien. Ya sabéis que A tres metros sobre el cielo ha hecho mucho daño, así que si os encontráis con este caso... Puuuuf... Hay que ser malvados y aplicar todas nuestras dotes de separa-parejitas con frases con inquina dirigidas a la chica para que abra los ojos. Al chico no le diremos nada, ¡porque la suerte que ha tenido no se la cree ni él! En el caso de que la relación macarrilla-niñabuena sea productiva para todos: la chica desarrolla habilidades sociales/sentimentales y el macarrilla vuelve al rebaño y se pone a estudiar (ocurre pocas veces, pero ocurre), no haremos nada. Mirarlos y reírse es inevitable, ¡pero es que son tan monos! xD El punto 7 es el que más me gusta, jejeje. 

Macarrilla prototípico

8. El macarrilla se burla de nosotros en clase. La opción más fácil, si es un macarrilla-reconvertible, es llamar a los padres. Si son personas normales pondrán cartas sobre el asunto. En el caso de que la primera opción no sea viable, creo que lo más sensato es participar de la burla para que vea que no nos afecta, así no la volverá a repetir. Es algo duro, porque uno tiene que encajar una puñalada con una sonrisa y encima participar de la crueldad, pero creedme, funciona. En el primer instituto en el que trabajé un superhipermegamacarrilla presidiario en potencia me soltó un día "gordaaaaaa, más que gordaaaaaaaa, que yo no hago caso a las vacaaaaas". Hombre, muy bien no me sentó, pero ese minibichejo de 1º de ESO se quedó con la cara desencajada cuando le contesté: "Uuuuf, no me hables, que casi no paso por la puerta y me estoy poniendo como un tonel, pero es que las napolitanas están tan buenas que me las como de 5 en cinco...". Su cara fue un poema, y a los 2 minutos (lo tenía arrestado fuera del despacho) vino y me dijo: "Profe, en realidad no estás tan gorda, incluso si te fijas bien eres un poco guapa". Jajajajajaja, me parto. En esos momentos yo no sabía si lo había arreglado o lo había acabado de empeorar, pero lo que sí es seguro es que el chico reflexionó y tuvo sentimiento de culpa. Y lo más importante: quiso enmendar su error. ¡Todo un logro!

9. El macarrilla no puede más en clase (y nosotros tampoco podemos con él). En este caso se trata de optimizar recursos. Tenemos a un chico que se encuentra bien al aire libre y le gusta estar en el patio: pues a recoger los papeles del patio, a ayudar al personal de limpieza, a hacer encargos para las conserjes, "contratarlo" como secretario personal en clase (con seriedad) para que reparta o recoja trabajos, se encargue del mantenimiento, etc. Si es un macarrilla bueno, esto suele funcionar. Tranquilos, salvo sonadas excepciones, suelen ser macarrillas buenos reconvertibles en personitas maravillosas. 

10. El macarrilla nos viene a contar sus penas. Junto con la 7, ésta es la que más me gusta. Si el macarrilla nos viene a contar sus penas hemos triunfado como la Coca Cola. Si el macarrilla se dirige a nosotros es porque le damos confianza, seguridad, nos ve "uno de los suyos", aunque jamás vaya a aceptarlo ni reconocerlo. Vendrá solo, con cara de circunstancias, con ganas de que alguien le escuche y no le juzgue, alguien que no sea un amigo suyo, alguien de fuera de su cículo, alguien que pueda darle una visión externa y objetiva. A mí me encanta que los macarrillas me cuenten sus penas, su vida, sus amores, sus aventuras y desventuras, es algo que simplemente me encanta, porque me río mucho con ellos, y ellos conmigo. Escucharlos es lo principal, aunque tengamos que mandar un rato al profe de guardia a nuestra siguiente sesión. Es SU momento, el momento en el que se sienten importantes y escuchados. Más que cariño -que también-, lo que deben recibir es empatía y asertividad. Si hace falta salir del centro e ir a dar un paseo por los alrededores con el chaval en cuestión, iremos, igual que si hay que invitarlo a una Coca Cola. Si los escuchamos y prometemos guardar su secreto (suele ser muy fácil de guardar, normalmente hablan de cosas triviales y mundanas de las que su estatus de gallito hace que se "avergüence", al verse un vil mortal) el macarrilla comenzará su proceso de reconversión en personita maravillosa (que ya lo era, sólo que no lo había descubierto). Tendrá altibajos, volverá a las andadas, pero el mero hecho de que él sepa o piense que nos ha defraudado hará que retome sus responsabilidades y, por ende, las riendas de su vida. 

Si es que en el fondo lo más bonito de esta profesión es ver cómo un alumno evoluciona. Cuando hay una evolución académica hablamos de excelencia educativa, pero cuando hay una evolución personal hemos logrado que un chaval empiece a ser feliz y hablamos de la formación de una "excelencia social". A fin de cuentas, quien dijo que la educación era la base no se equivocaba. 



jueves, 11 de octubre de 2012

Mis nenas

No hay nada más bonito que el hecho de que se acuerden de una, y más si los que se acuerdan son antiguos alumnos. Ayer por la noche el padre de dos alumnas mías me mandó un mensaje de Linkedin mandándome saludos de sus hijas, dos niñas fabulosas y excelentes con un corazón de oro: Júlia y Mireia.

Hoy la sorpresa va vuelto a ser mayúscula tras encontrarme en mi e-mail un mensaje de Twitter. Juzgad vosotros mismos:


Raquel es un amor, al igual que Saray y Paula, y todos los demás chicos del grupo de 3º C (de acuerdo, en el primer trimestre eran bestias pardas, pero yo me quedo con lo bueno). Raquel es una chica risueña con mucha  capacidad de organizar grupos y con un alto sentido de la responsabilidad. Lo que más me gustaba de ella en clase es que no buscaba excusas. Por ejemplo, si no había hecho los deberes  (casi nunca occurría, pero bueno, alguna vez... ya se sabe...) decía que no los había hecho y punto. No  le buscaba los tres pies al gato. Eso, desde luego, es digno de alabar, porque hay muchos adultos que no son capaces de asumir sus actos y sus consecuencias. Dicho de otro modo: Raquel mola. 

Maria es otra bicheja de las de 3º C. Muy espabilada y muy lista, pero un poco remolona. Es la alegría de la fiesta allá donde va. Es una chica muy inteligente y muy perspicaz, y siempre tiene respuestas para todo. Ella también se acuerda mucho de mí en Twitter, al igual que Elena y Heura, y también Claudia, aunque ella estaba en otra clase. 

Si bien no soy nada partidaria de tener alumnos en Facebook (por la privacidad, las fotos, etc.), creo que Twitter es una gran plataforma para ello, puesto que no ahonda en la vida de cada uno, sino que sólo expone los 140 carácteres permitidos. Profes del mundo: ¡Animaros con Twitter! 


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Por cierto, un besete también para Àngela, que me olvidaba de ella y me ha regañado publicamente por ello en Twitter (¡me lo tengo merecido!). También mando besos y abrazos para todos aquellos alumnos que ahora no me vienen a la mente pero que en algún momento aún se acuerdan de mí. Especialmente para ellos vaya todo mi cariño.