lunes, 6 de febrero de 2012

Manzanilla, miel y limón

Sí, señores, padezco el mal de toda profesora gritona que se precie: la tos y la afonía. Además, por culpa del incesante viento del norte que hay en Mahón y del frío glacial que parece que no nos quiere abandonar, mi -lamentable- situación fónica no parece que vaya a mejorar. Y sí, os lo dice una ex fonetista: por mucho que hables de tripa, uses la expulsión del aire para emitir sonidos, hagas pausas, respires por la nariz y demás recomendaciones de educación de la voz, no puedo evitar acatarrarme y que mi faringe y mis cuerdas vocales se resientan.

¿Qué hacer en estos casos? Doparse. Y es que los jarabes, "angileptoles", "estrepsiles" y demás pastillitas de parafarmacia de miel, limón, matricaria y própolis son altamente recomendables. Amén de demás caramelitos varios -sin azúcar, obviously-. Como ya veis, estoy preparada para la vida moderna, aún así, la batalla que mi cuello libra contra los microbios no tiene visos de acabar en un período de tiempo aceptablemente corto.



Las recetas caseras son, sin duda alguna, una ayuda inestimable. Las tazas de manzanilla con miel y los mejunjes de miel y limón están a la orden del día en mi cocina, y sí, por la noche es lo que más me calma la tos y lo que más tiempla el cuerpo. Profes afónicos y/o con gargantas doloridas, haced caso de los consejos de mamás y abuelas y agenciaros de estos alimentos tan básicos y tan beneficiosos si, por lo menos, queréis dormir bien. A la mañana siguiente, tras las toses de rutina, lo más recomendable es un zumito de naranja natural recién exprimido, lleno de vitaminas y de cicatrizante ácido cítrico.





*Las tres últimas palabras forman una hermosa aliteración, ¿no os parece? xD Por cierto, si alguien se ofrece a venir a hacerme mimitos y a exprimirme las naranjas a las 7 de la mañana, invitado está. 

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