jueves, 11 de octubre de 2012

Mis profesores, mis compañeros, mis amigos...

... mis amigos, mis compañeros, mis profesores. 

En la última semana me han pasado varias cosas hermosas. Todo comenzó cuando me encontré a mi maestra de 2º de primaria, a quien yo, particularmente, recuerdo con mucho cariño por su manera de trabajar y de enseñar. Estuve hablando un buen rato con ella y resulta que ahora vivimos en la misma urbanización. ¡Qué pequeño es el mundo! Además, ahora es AL y trabaja en un instituto. Me alegro muchísimo por ella, pero más aún por sus alumnos, quienes tienen ante sí una fabulosa oportunidad para aprender y para espabilar y ser autónomos. De hecho, del colegio de monjas al que fui hoy en día sólo guardo un bonito recuerdo de 3 maestras, las que tuve de 1º a 4º de primaria (EGB, en aquellos tiempos, que yo aún soy niña EGB), y desde aquí les mando un fuerte abrazo y les doy las gracias, porque ellas sembraron la semilla de lo que soy hoy en día.

Al día siguiente, en la Oktoberfest cutrilla que montaron en Palma me encontré con Virtudes. Virtudes es un amor, un encanto y una gran profesional. Fue mi profesora de alemán durante el bachillerato, y no sólo tuvo la paciencia de darnos clase y de hacer que aprendiéramos una cuarta lengua, sino que además montó un proyecto de intercambios con un centro de Alemania cercano a la ciudad de Frankfurt, hizo que sus alumnos participáramos en el concurso de traducción de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (sólo participamos... no ganamos nada, jajajaja) organizando para ello todo un viaje y, además, logró entusiasmarnos día a día. Virtu, ¡te seguimos adorando! Ahora tiene una preciosa niña de 5 años y ella sigue igual de guapa y joven que siempre. Espero que sus alumnos sepan valorar la profesora que tienen, porque como ella hay pocas.

Estos dos encuentros me hicieron pensar mucho y, sobre todo, me hicieron desear coincidir con ellas como compañeras. Me encantaría coincidir con alguno de mis antiguos profesores ahora, tras el paso de los años, siendo yo una colega más. También me acuerdo mucho de Carmina, de Cati Mas, de Francisca Herrera, de Sara de Historia del Arte y de Xesca de catalán. Me acuerdo muchísimo de ellas y de tantas y tantos otros de cuyo nombre ahora me olvido, pero que también llegan a mis pensamientos con mayor asiduidad de la que ellos se imaginan.

¿Y AHORA, QUIÉNES SON MIS PROFESORES?

A parte de mis alumnos, algo que suena ya muy trillado pero que es verdad -cuando tengo alumnos, obviamente, puesto que al Sr. Bosch no le ha dado por llamarme, ni que sea para desearme los buenos días-, mis profesores de ahora son mis compañeros, que en muchos casos ya son más que eso, ya son grandes amigos.

HOY VA DE PROFES DE INGLÉS

Sí, queridos, no penséis que este post es sólo para ponerme ñoña recordando mis años mozos y a mis antiguas (que no viejas) profesoras, es para comentaros lo que me ha pasado últimamente. A mí las lenguas siempre me han gustado. De acuerdo, si soy filóloga, esto es algo obvio. Acepto la crítica. Me expresaré mejor: a mí siempre me ha gustado aprender idiomas. Entre ayer y hoy dos fabulosas profes de inglés me han enseñado varias cosas: María José y Victoria, esto va por vosotras, que os lo merecéis.

Ayer, en una conversación de Facebook totalmente ilógica, aprendí de María José que nunca es tarde para retomar un i-lab, que se puede ser autodidacta en lenguas, que se tienen que seguir haciendo ejercicios, que se tiene que aprovechar el tiempo y que uno debe invertir todas las horas muertas de una media jornada o del paro en sí mismo para mejorarse en todos los aspectos: leer cualquier cosa (como las rondaies menorquines), repasar viejos apuntes, etc.

Hoy, en otro chat facebookiano sin sentido, de Victoria he aprendido que siempre nos podemos reconvertir y podemos entregar nuestras energías a otras tareas productivas lejos del trabajo remunerado para el que aún no nos llaman. También he aprendido que si no movemos el culo y salimos de casa acabaremos como la loca de los gatos. Aún así, lo que más me ha impactado es que ella, casi a la 1 de la madrugada, estaba formándose: Estaba mirando vídeos de educación en Youtube y tomando apuntes (es una niña muy aplicada, doy fe), sin más objetivo que el placer que ello le producía. Me ha dado envidia -sana- y me he puesto a hacer lo mismo que ella, eso sí, desde el sofá, que ya sabéis que los profesores somos unos vagos y tal...

Como veis, ésta ha sido la semana de las lenguas y, sobre todo, de las profes de lengua. Uno nunca sabe dónde va a encontrar una idea, una posibilidad, un aprendizaje, y por ello es importante estar siempre receptivo, aprovechar la experiencia ajena y aprender de aquellos que nos abren el camino. Los maestros y profesores son quienes nos enseñan el camino, las diferentes rutas, los atajos y las maneras de enfrentarse a una encrucijada, pero los amigos son aquellos que, o bien te abren el camino, o lo recorren contigo, y eso, amigos, es algo maravilloso.

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Ah, por cierto, de mis profesores también me acuerdo, y mención especial merecen Toni Sagarra, de Latín y Griego, y Fernando, de Educación Física (sí, aunque no os lo creáis... Jajajajaja, ya dedicaré un post a los profesores de gimnasia, porque así se ha llamado toda la vida, mal que pese: gimnasia). xD

Cuando ser fuerte es la única opción

A raíz de este blog y de otras páginas en las que participo, muchos son los que me juzgan sin conocerme. Sinceramente, sus opiniones sobre mí me patinan y mucho. Cuando necesito oír algo que no me gustará tengo a mis amigos, que al menos me dicen las cosas con cierta base y fundamento. No os voy a contar mi vida, en primer lugar porque no tengo tiempo y en segundo porque no creo que os vaya a interesar mucho, pero ya desde bien jovencita aprendí que ser fuerte (o al menos aparentarlo) era la única opción para sobrevivir.

No me voy a poner trascendental, sólo quiero hacer hincapié una vez más en la diferencia entre aquellas personas que sólo ven el problema y aquéllas que buscan la solución. No importa cuantas veces uno fracase por el camino, porque todos esos intentos nos harán más fuertes; esto, amigos míos, me lo ha acabado de enseñar un alumno de 2º de ESO que tuve el año pasado, Dani, de quien tanto aprendí y al que tanto cariño le tengo. Intentarlo en sí ya es, en cierto modo, lograrlo. El camino hacia la fortaleza está plagado de intentos frustrados, pero la satisfacción que uno obtiene de sí mismo cuando logra algo que antaño le resultaba imposible es algo inconmensurable.

Como a veces las palabras no bastan para explicar un sentimiento, un pensamiento, una idea, os dejo no sólo la voz de Nick Vujicic, sino también su ejemplo de vida. Sin duda Nick, nacido en 1982, es un claro ejemplo de tenacidad y de superación. Me encanta ver cómo los alumnos se emocionan con sus ponencias. Les llega. Les toca. Les enseña.




sábado, 6 de octubre de 2012

Impactada por la "Sobredosis de realidad"

Hoy no voy a escribir, no os voy a contar mis venturas y desventuras dentro del mundo de la educación. Hoy os voy a redireccionar al blog Valles y cumbres para que, si os apetece, leáis la entrada "Sobredosis de realidad". Creo que todos los docentes de a pie nos sentiremos muy identificados. Yo aún estoy impactada no sólo por la realidad que describe, sino por el hecho de que la sociedad y los gobiernos no hagan nada al respecto para paliar esta situación.

lunes, 1 de octubre de 2012

A mis compañeros

Hoy dedico este post a mis compañeros, de quienes estoy tan orgullosa.


A algunos os conozco, a otros no. Con unos he trabajado directamente, con otros no. Esta foto es del IES Cap de Llevant y está sacada del blog de Plataforma en defensa de l'escola pública, si pincháis en el enlace veréis la labor que se lleva a cabo en Menorca. 

A todos ellos les mando mis saludos, mis besos y mis abrazos, porque de todos aprendí mucho, tanto de aquellos con los que tenía más afinidades como -y sobretodo- de aquellos con los que tenía menos. Les deseo toda la suerte del mundo este curso, en el que su trabajo se verá multiplicado en cantidad y dividido en reconocimiento. Mucha suerte y muchos ánimos para seguir con vuestra labor, ¡sois una maravilla! 

Esta noche soñaré

Esta noche soñaré que mañana madrugo y que me visto para ir a trabajar. Soñaré que me reencuentro con mis compañeros y que tengo clase a las 8 con un 2º de ESO, que me espera medio adormilado. Soñaré que tengo una jornada de las buenas, de esas de 8 a 3 non-stop. Soñaré que me pongo a hacer juegos de lengua en primero de procesos de comunicación, que tengo reuniones en las que se abren arduos debates y discrepancias con los compañeros, pero siempre desde el respeto. Soñaré que repito la misma clase de las 8 con otro segundo. Soñaré que me olvido unos exámenes y tengo que volver atrás. Soñaré que la clase de 2 a 3 se me hace imposible, y es un tercero... Soñaré que el timbre suena antes de lo esperado porque, milagrosamente, la clase no ha ido mal del todo. Soñaré que me encuentro con una compañera y nos vamos a comer a algún sitio, porque nuestra nevera está vacía porque el día antes nos quedamos corrigiendo en el centro para después hacer formación permanente y no fuimos a comprar. Soñaré que llego a casa e intento sentarme un rato. Soñaré que me echo una siesta tardía de la que levanto con sentimiento de culpa porque me queda trabajo. Soñaré que me pongo a preparar una reunión con unos padres, trabajos de tutoría y las clases de procesos de comunicación de la semana siguiente. Soñaré que se hacen las 12 de la noche y que aún me queda un poco para acabar. Soñaré que mi cuerpo sólo aguanta 20 minutos más, porque al día siguiente vuelvo a madrugar. Soñaré que me levanto y me voy a la cama a leer un rato la lectura obligatoria del 3º. En fin, soñaré que tengo una rutina, un estrés, una vida, unos compañeros y unos chiquimonsters a los que adorar. Y mañana es lunes.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Día gris

Hoy Mallorca se ha levantado triste. Hasta donde la vista alcanza playas y prados se ven cubiertos por un gris uniforme y por una fina cortina de gotitas de agua que se posan delicadamente sobre la vegetación del lugar. Hoy es un día gris no sólo por una meteorología adversa, que hace que las playas que ayer fueran acogedoras hoy se muestren inhóspitas; hoy es un día gris para la sociedad.

Mucho se ha hablado de las manifestaciones del 25S y del 26S y de las desmesuradas cargas policiales con las que fueron disueltas, de los ataques a la población dentro de las estaciones, de dueños de bares protegiendo a los manifestantes y de policías infiltrados que van a por lana y salen trasquilados. El día es gris y los tiempos que corren también son grises. La policía ahora va de azul, así que no puedo hacer el chiste. 

Me pregunto hasta cuándo va a aguantar esta situación. Los políticos viven en una burbuja y se creen que 47 millones de personas les haremos la ola un día de estos. Si en Grecia, cuya población viene a ser una cuarta parte de la de España, ya acabaron como el Rosario de la Aurora no me quiero imaginar cómo vamos a acabar aquí. Bueno, no es que no me lo pueda imaginar, es que me niego a pensar que en España podamos llegar a ser expertos en guerras civiles. A fin de cuentas, después de cada gran crisis llega una gran guerra como fuego depurador para que la sociedad resurja de sus cenizas cual Ave Fénix. 

HEMOS FALLADO. 

Se supone que la educación existe para mejorar la sociedad y que ésta, valiéndose de su arma más poderosa, que es la palabra, resuelva sus conflictos sin llegar a una aterradora violencia física o social. Hemos fallado. Mientras tanto, el (des-)gobierno propone una reforma educativa y apela a que antaño había 40 alumnos por aula y no pasaba nada, así que sobran muchos profesores. 

¿Qué conclusiones/respuestas/opiniones saco yo de todo esto?

1. Es mejor claudicar por las buenas que por las malas. Es mejor que el gobierno escuche ahora al pueblo, incluso a sus mismos votantes -a las palabras del dueño del bar me remito- a que tenga que lamentar futuros daños irreparables en el futuro. 

2. Se supone que la sociedad evoluciona y que si hemos conseguido bajar las ratios de 40 alumnos hasta casi la mitad es algo que debemos mantener y, si no podemos mejorarlo, al menos no tocarlo. Hay que ir para adelante. Si uno no puede seguir al menos que se quede donde está. Como dice mi madre: ¡Para atrás ni para coger impulso!

3. La sociedad de hace 40 años no es la de ahora. El respeto de los alumnos no es el mismo que antes. Mucha culpa de esto la tiene el empezar a tutear y la entrada de los pedagogos de despacho en las políticas educativas. Quienes me conocen saben que soy una acérrima defensora de la forma "usted" para todos los ámbitos y más cuando existe una cierta relación de jerarquía tácita entre los participantes de la comunicación. El uso del usted es sólo un ejemplo burdo, pero no puedo evitar que me chirríen en los oídos las palabras de aquellos que se dirigen a una persona mayor de tú, a un médico, a un juez. Se desconocen totalmente las formas iniciales de respeto. De acuerdo, tratar de tú o de usted nada tiene que ver con respetar o no, pero sí tiene que ver con la interacción primera. Recordando el refranero español: Si usted y yo nunca hemos compartido habichuelas, le ruego que por favor no me tutee. Es impensable que hoy en día los alumnos entiendan al profesor como "un superior" y le guarden respeto y obediencia desde el minuto cero del curso, así que no me den ahora soluciones caducas y anticuadas para un problema actual. No tolero injerencias en mi ámbito. No las tolero. Sólo acepto y acato órdenes de quienes están o han estado en una aula, no de quienes sólo ven números y gastos detrás de cada alumno y de cada profesor. 

4. El que a hierro mata, a hierro muere. Tarde o temprano la vida te devuelve todo lo malo que haces. Es una cuestión de tiempo, de paciencia y de perseverancia. Hay miles de refranes similares a éste, como el que reza "Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar", pero a mí me gusta un proverbio árabe que siempre me recuerda mi madre: No esperes venganza, sólo siéntate a esperar en la puerta de tu casa: tarde o temprano has de ver pasar el cadáver de tu enemigo. ¡Y qué cierto es! 

5. Nunca te rías ni agredas a una masa social, y menos si está enfurecida. Que siempre te haya tolerado tus estupideces no significa que un día no se canse y te las devuelva todas juntas. Para que me entendáis: es como si el niño al que un abusón lleva haciendo bullying durante años un día se harta, se pone a practicar judo y se las devuelve todas juntas. Mucho me temo que en ese caso el niño que ha sido la víctima durante tanto tiempo no puede ser juzgado, puesto que nosotros no hemos visto -o no hemos querido ver- cómo el abusón se aprovechaba de su debilidad durante años. Sé que es algo poco ortodoxo, pero a todos los alumnos que sospecho que son víctimas de bullying les recomiendo apuntarse a artes marciales y también les digo que, si les pegan, la devuelvan, que es mejor que los expulsen a que vean su debilidad. Las pocas veces en las que lo he puesto en práctica me ha funcionado. 

6. "Abrid escuelas y cerrarán las cárceles", decía Concepción Arenal en el XIX. Esta premisa cobra todo su sentido hoy en día. Desde que invertimos más dinero en la dotación de los antidisturbios que en la formación de los docentes algo falla en nuestra sociedad. Desde que un café en el Congreso de los Diputados es más barato que en cualquier bar de polígono algo falla (¿Eh, Sr. Zapatero?). Desde que se invierte más en manutención de políticos que en la de un niño, algo falla. Desde que se elimina la vacunación gratuita del mengingococo a los bebés pero la presidenta de su misma comunidad autónoma tiene a su disposición inmediata a miles de médicos para tratarse de un tumor, algo falla. Desde que se permiten y se toleran ciertas actitudes y acciones de los menores amparándose en "la edad penal" y en una ley caduca y que refleja muy poco la sociedad para la que se supone que estaba diseñada, rompiendo así la relación natural entre padres e hijos, profesores y alumnos... adultos y niños adolescentes en general, algo falla. 

7. Tus libertades y derechos acaban donde empiezan los míos. Aplicable a todo el mundo, a todos los ámbitos y a todas las situaciones. Esta premisa se defiende por sí sola y creo que no necesita ejemplificación.

Oigo vuestras mentes: ¡Ésta está en contra de todo!, ¡Nada le gusta!, ¡No permite que la gente ejercite sus derechos!

No, señores, no estoy en contra de nada ni de nadie. Solamente pretendo explicar mi punto de vista. Creo que si cada elemento/sujeto/persona/individuo de la sociedad se dedicara a su labor primigenia las cosas nos irían mejor. Los médicos/enfermeros a curar y a prevenir enfermedades, los fontaneros a arreglar tuberías, los campesinos a cultivar los campos, los jueces a juzgar (y no sólo a aplicar leyes), los cocineros a cocinar, los maestros/profesores a enseñar, los ingenieros a construir y a diseñar, los comerciantes a comprar y vender productos, los policías a DEFENDER AL PUEBLO y los políticos a regir la polis cuyos ciudadanos les han confiado y encomendado esa misión (y no a vivir en una burbuja de impunidad en la que se creen dioses, seres superiores lejos del bien y del mal). 

Muy a pesar mío, me da a mí que aún nos quedan muchos días grises...

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EXTRA - Actuación policial

Esto SÍ: Policía portugués aparta a una chica pacíficamente. Me ha costado encontrar un vídeo de la policía actuando cívicamente en manifestaciones parecidas a las que han acontecido en España. El ejemplo es de Portugal porque no he encontrado otro que se ajustara a una situación similar a la nuestra.


Esto NO: Cargas policiales sin sentido, aturdiendo a la muchedumbre. Madrid 25S. No he puesto vídeos de violencia explícita porque todos sabemos cómo son y no es necesario aquí mostrar lo desagradable de una agresión con porras o pelotas de goma.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

La competencia social y ciudadana o cómo no ser un harapo de la vida

Hoy sigo con mi serie "Competencias Básicas" y le toca el turno a la social y ciudadana. Ésta es muy fácil. Se trata de seguir las siguientes premisas, que no son excluyentes a otras que las puedan complementar. Si uno no se comporta como un orangután y es capaz de seguir ciertas normas podemos decir que es apto para vivir en sociedad. Hasta las hormigas lo son, no es tan difícil. 

Proceso para adquirir la competencia social y ciudadana:

- Saluda. Decir hola y adiós no es tan difícil. 
- Por favor y gracias son las palabras mágicas, no seas becerro. 
- No escupas en el suelo. 
- No pegues chicles en el pelo de los compañeros. 
- Usa los baños como un humano, no como un perro.
- Al usar el transporte público, deja bajar antes de subirte. Y paga tu billete, claro. 
- Intenta ser buena persona: no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti. 
- Sonríe. Es gratis. 

Estos ocho puntos se resumen en uno: Respeta y serás respetado. 

Os aseguro que los alumnos que realizan estos ocho ítems consiguen, al menos, un 6 en mi asignatura. Pensad que sonreír y que te devuelvan la sonrisa ya te pone de buen humor, y con buen humor se trabaja mejor, ¿verdad? Ayyyy... ¡Cuánto garrulo suelto en el mundo de los adultos! 

Una ANEE en Vueling o de como la igualdad de oportunidades no siempre existe

¿Pagar más por ser diferente? ¿Equiparar una síndome de Down totalmente autónoma y muy espabilada a un niño? ¿Cobrar por un servicio que no presta la compañía sino que presta gratuitamente AENA? Muy rastrero.

Yo me pensaba que estas cosas sólo pasaban en Ryanair, pero al ver que se ha producido en Vueling, una compañía low-cost a la que creía seria, responsable y diligente con los aspectos legales se me ha caído un mito, y se me ha caído aún más al conocer yo a la alumna afectada. No fue alumna mía, pero sí que la conocía y la acompañé en dos excursiones. ¡Una maravilla de niña! ¡Y totalmente autónoma y capaz! Esto es una salvajada. Os dejo los enlaces para que os informéis vosotros mismos:

Diario Menorca (información de la madre vía carta al director)

Última Hora Menorca

Estoy indignada.

"La lista" y la (falta de) autonomía e iniciativa personal

Sí, amigüitos que me seguís por la blogosfera. El post de hoy promete. No pretendo herir sensibilidades, pero si alguien cree que se va a sentir aludido es mejor que no lo lea. Es mi opinión y si os gusta bien y si no la pintáis de rosa y le ponéis un lacito.

"LA LISTA", así, en mayúsculas, es la Lista de aspirantes a interinidades dentro del personal docente de las Islas Baleares. Tiene otro nombre mucho más bonito, pero yo le pongo éste. Aún así, de todos modos, la voy a llamar "la lista", así que poco importa su nombre oficial. La lista es un elemento temido al que cualquier aspirante a profesor o maestro de la educación pública debe apuntarse masivamente en el mes de mayo, mes de las flores, mes de María. A finales de junio o a principios de julio saldrá la lista definitiva en la que uno comprueba que, tras haber hecho todo lo posible, tiene una puntuación de mierda y está a años luz de poder trabajar. La lista te permite seleccionar centro a finales de julio aun sabiendo que debería de haber tropecientas mil quinientas veintiocho plazas de tu especialidad para que obtuvieras una vacante a media jornada en Formentera.

¡Ah, la lista! ¡Qué cruel! Se actualiza cada viernes y ahí nos tenéis a nosotros, viles mortales desempleados deseando coger una tiza y un boli rojo, contando cuántas personas tenemos por delante para así calcular en qué curso podremos volver a trabajar. La lista se va de finde. Sería un buen título para una película de terror al más puro estilo años 30, con los pasillos de la Consellería d'Educació, Cultura i Universitats como escenario y una telefonista al más puro niña del exorcista como protagonista. También puede haber una interina rollo la chica de la curva diciendo eso de "a mí una vez me llamaron y logré trabajar". Al señor Bosch le dejo ser Freddy Krueger, por lo de los cuchillos y los recortes...

Una vez que ya sabemos qué es "la lista", que ya quisiera Schindler tener una como la nuestra, porque nosotros somos un porrón, pero un porrón de los buenos, ¿eh? ¡No se vaya usted a creer!, pues eso, una vez que ya sabemos qué es la lista de interinos y cómo gusta de putear a la gente voy a pasar a relataros su relación con la autonomía y la iniciativa personal de los aspirantes a docentes o, para ser más exactos, la falta de las mismas en algunos de los futuros maestros y profesores. Vamos, que voy a usar la vieja técnica del "éste hace esto, pero tú no lo hagas, porque no es bien!!!! está mal y no debes demostrar tu estupidez ante el mundo". Ya lo hizo en cierto modo el Arcipreste de Hita y no le fue mal del todo, aunque quedó de guarrillo perverso para arriba, pero bueno... (Por favor, si mi profesora de Literatura Medieval ve esto que haga ver que no lo ha leído, sé que ha sido todo un sacrilegio literario).

Pues bien, en un post anterior dije que "autonomía e iniciativa personal" era la competencia que se encargaba de "buscar soluciones en vez de ver problemas" y lo sigo manteniendo porque no sólo creo que es cierto, sino que además lo es. De nada te sirve decir que estás a oscuras si no buscas la clavija de la luz, un fósforo o una linterna para remediarlo. De nada sirve decir que te duele la tripa si sigues comiendo como un animal y no te cuidas. De nada sirve decir "yo no sé hacer..." si no preguntas "cómo se hace...".

Para evitar que cualquier miembro de la lista pueda despistarse, el año pasado dos compañeras pusieron en marcha en Facebook una página de ayuda desinteresada que sirviera de lugar de puesta en común. Obviamente se trata de una página personal y no oficial, pero ciertos elementos subversivos quisieran que les resolvieran los problemas aquí y ahora y de manera altruista. No son una ONG, son una página de encuentro de docentes para mejorar nuestra situación y calmar nuestros nervios. Aquí os la pongo, porque se merecen que les hagamos propaganda, que son unas maravillas:

https://www.facebook.com/pages/Llista-dInterins-Personal-Docent-Illes-Balears/197933106935532



Si tienes un problema está bien pedir la solución si te ves muy apurado, pero no de manera sistemática. No puedes pedir cosas absurdas que han sido contestadas mil veces: eres adulto, tienes una carrera y eres docente. ¡Demuestra tus habilidades! Si no, hijo mío, no sé qué haces aquí... Tampoco puedes pedir cosas que puedes resolver tú mismo buscándolas en Google y clicando en la primera opción o haciendo una simple llamada de teléfono. Eso sólo demuestra que eres un vago y un inepto, vamos, para ser políticamente correctos, eso sólo demuestra que no eres autónomo y que no tienes iniciativa. Bueno, realmente puedes hacer lo que te dé la gana, otra cosa será cómo quedes a ojos de tus compañeros y colegas de profesión. Sí, lo sé, yo soy una amargada en el paro y sin pareja a la que, además, le gusta hacer de metomentodo. ¿Y? Yo lo asumo. ¿Y tú? ¿Tú asumes que eres tonto, inútil, inepto?

Odio ver ahí preguntas del tipo:

¿Qué hago si me pica el brazo izquierdo y soy zurda?

A ver, bonita, ¿no te puedes rascar con el brazo derecho? Hay gente que, desde luego, no ve más allá de sus narices. O con un boli, o con una pared como los perros, me da igual. Si te pica te rascas. No veas el picor: ¡busca cómo rascarte! (Vale, es un ejemplo un tanto escatológico, pero se entiende, ¿verdad?)

Busca la solución. ¿Tienes hambre? Busca comida. ¿Tienes sed? Busca agua. ¿No sabes hacer algo? Averigua cómo hacerlo. ¿Nadie ha empezado un proyecto? ¡Empiézalo tú! ¿No te gusta el verde de las cortinas de tu casa? ¡Cámbialas! ¿Te sientes deprimido? ¡Sal a caminar! ¿No sabes cómo cobrar una ayuda? Infórmate, lee, busca. ¿No sabes cómo preparar una clase? ¡Aprende de tus compañeros!

Claro que uno siempre puede pedir ayuda, pero cuántas veces nos habremos quejado de que los alumnos ni siquiera intentan buscar la solución de un problema, ni lo leen... ¿Cuántas? ¡Miles! Para plantear una duda primero tiene que haber algo consistente sobre lo que dudar.

Situación hipotética 1:

- Tengo 20 manzanas en un saco y 30 peras en otro. ¿Cuántas frutas tengo en total?
- Profe, yo no lo sé hacer.
- ¿Pero lo has intentado?
- Si, pero no, pero...
- Inténtalo y, cuando tengas dudas, luego te ayudo.

Situación hipotética 2

- Tengo 20 manzanas en un saco y 30 peras en otro. ¿Cuántas frutas tengo en total?
- Profe, aquí qué tengo que hacer: ¿sumar o restar?
- A ver, Julito, si te pide en total, ¿crees que tienes que quitar o añadir cosas?
- ¿Añadir?
- Muy bien, entonces...
- ¿Sumar?
- ¡Claro! Anda, sigue y luego nos dices el resultado.

¿Cuál preferís? ¿Cuál es mejor alumno? ¿Cuál piensa? Activar el cerebro y mover el culo es la premisa básica de la autonomía y la iniciativa personal, que como ya he dicho está muy ligada con aprender a aprender por lo que a averiguar, investigar, probar, etc. se refiere.

¿Cómo podemos hacer de nuestros alumnos personitas autónomas y con iniciativa si buena parte del personal docente aún no tiene adquirida esa competencia pese a tener una carrera y dedicarse a la enseñanza? Y si la tienen hacen un soez alarde de la garrulería y la vagancia patrias, y no sé qué es peor, si no ser autónomo o ser vago, aunque a menudo son dos aspectos que van de la mano.

FFFUUUUUU, y aquí lo dejo, que me enervo.



Aprender a aprender

Sí, compañeros: Hoy os voy a hablar de las competencias básicas. Tranquilos, no os voy a hablar de ellas desde un punto de vista teórico ni os voy a decir lo que son para mí, porque como me contestó (de muy malas maneras) una miembro de mi último tribunal de oposiciones la teoría nos la sabemos todos.

La necesidad agudiza el ingenio, y aunque yo aún no estoy totalmente depauperada gracias a mi situación de desempleada, sí que procuro ahorrar unos eurillos. Mi afán de chica ahorradora ha hecho que hoy recordara mis conocimientos de Tecnología de mis tiempos de ESP y me pusiera a arreglar/modernizar/tunear/acondicionar dos lámparas de mesa. He reutilizado un par de pies de lámpara de madera que hacían juego con mi habitación y he ido a por unas campanas, para no tenerlos que tirar. Aunque tengan 30 años son bien dignos y quedan bien monos. Resulta que las tulipas eran muy baratas, pero sólo las había de rosca pequeña, por lo que he decidido comprar un portalámparas para ahorrarme la gasolina de ir a Palma y al llegar a casa me he puesto manos a la obra:

1. Corta cable. Quita portalámparas viejo.
2. Pela cable. Coloca portalámparas nuevo.
3. Comprueba que funciona. Funciona a la primera. OK. No funciona. Repite el proceso mejorándolo.
4. Coloca todas las piezas y la tulipa.

Esto que aquí parece tan simple conlleva toda una técnica. Con la primera lámpara he estado media hora y he tenido que pelar el cable tres veces porque me lo cargaba. Esto de pelar los cables es todo un arte. Luego no se me abrían los tornillos del portalámparas y a punto he estado de desistir, pero a fuerza de persistir y de ir cambiando de destornillador el tornillito ha girado y voilà! he podido colocar el cobre dentro. Pero vaya, la lié parda, y me olvidé una pieza, así que tuve que volver a repetir el proceso. Fatigoso, sí, pero la ilusión que se me puso en la cara al colocar la bombilla, enchufar el cable y ver que la luz resplandecía es algo difícil de explicar. Lo había logrado. Ahora tocaba la segunda lamparita. Con ésta todo fue rodado y estuve menos de 5 minutos. Si no fuera por mis ganas de aprender algo nuevo, de crear, de indagar, de elaborar, de manufacturar, de ilusionarme... ahora mismo no tendría lucecitas en el cuarto. Y las tengo, vaya si las tengo.

Una de mis lamparitas, brillando en la oscuridad por primera vez.


De acuerdo: mi futuro como manitas de la electricidad y la iluminación os importa bien poco. Lo entiendo. ¿Pero acaso no es el mío el mismo sentimiento inefable que experimentan los alumnos al lograr algo que para ellos parecía imposible o, cuanto menos, fuera de lo común? Aprender a aprender se basa en la curiosidad, en la necesidad, en aplicar todos los conocimientos y habilidades que uno tiene para mejorar su entorno y seguir aprendiendo. Aprender a aprender implica descubrir, tocar, practicar, equivocarse, errar, fallar, logar un éxito, hacer camino y llegar a puerto, o no, o simplemente detenerse a disfrutar de una de las posadas con las que uno se encuentra a lo largo de la caminata porque ése es un lugar afable, un lugar que, bien pensado, también podría ser un destino.

Si hay algo que difícilmente puedo borrar de mi memoria es la cara de satisfacción de los alumnos cuando consiguen un éxito que se les antojaba imposible o, cuanto menos, lejano. Es un éxito a su nivel que les permite seguir avanzando y mejorar porque se dan cuenta de que "ellos pueden". Recuerdo con especial cariño la carita de un alumno mío, ANEE para más señas, con severas dificultades de lenguaje que, tras lograr leer un libro adaptado a su nivel de manera totalmente autónoma realizó un trabajo digno de elogiar y sacó 8. Lo fantástico no fue que sacara un 8. Lo fantástico fue que leyó una obrita él solito, por sí mismo, porque él sabía que era capaz, porque él sabía que yo sabía que él sería capaz, porque se propuso una meta y la cruzó de sobras, porque sacó lo mejor de sí mismo, porque aprendió el verdadero significado de la palabra "descubrir", porque se equivocó y repitió miles de veces algunas de las páginas del trabajo sin que nadie se lo pidiera, porque buscaba la perfección, su perfección, su realización, su éxito, su aprendizaje, sus ganas de seguir aprendiendo. Buscaba reconocimiento. Buscaba cariño. Buscaba sentirse válido. Buscaba una nota que se ajustara a su esfuerzo más que a su resultado.

Pero este chaval encontró mucho más: encontró una nota que era justa para con su trabajo; encontró que "misteriosamente", el boli de la profesora se había "olvidado" de marcar algunos errores; encontró que él había sido capaz de crear algo bello; encontró que, si había logrado leer un libro él solito por primera vez, bien podía hacerlo una segunda vez. Y así fue.

Este chico no pidió ayuda a nadie durante el proceso, no por cabezonería, no, esta vez no era cabezonería, esta vez era orgullo propio. Era un "YO PUEDO, Y YO PUEDO SOLO". Era un "YO SOY CAPAZ". Era un "SI ME EQUIVOCO, AL MENOS LO HABRÉ INTENTADO". Era un "SI LO INTENTO, TAL VEZ PUEDA LOGRAR ALGÚN RESULTADO". Era un "¿Y SI ESE RESULTADO ES BUENO?". Y lo fue.

Él sabía que tenía un plan B, alguien a quien preguntar, pero no lo hizo. Nos mostró a todos su esfuerzo y su trabajo. Nos demostró que cuando se quiere, se puede. También nos demostró que ante la necesidad uno no tiene más remedio que luchar. Esto es aprender a aprender, y no las estupideces que tengo que poner en la programación y aparecen en cientos y cientos de documentos administrativos de la Consejería. Aprender a aprender es espabilarse. No hay más. Autonomía e iniciativa personal es buscar soluciones en vez de ver problemas. Si las juntamos y las desarrollamos en nuestros alumnos tendremos ciudadanos perfectos.

Os aseguro que todos mis alumnos son personitas perfectas y maravillosas. No en vano una de mis nenas siempre me decía "Profe, tú a veces nos gritas mucho, pero también nos quieres mucho, ¿verdad?" Jajajaja. Me parto. ¡Cómo me calaron! Les soltaba algún berrido -para que espabilaran, y os aseguro que funcionan-, pero os aseguro que eran de las pocas clases que, cuando estuve de baja y coincidió con las bajas de muchos otros profesores, supieron organizarse autónomamente, arreglar la clase, hacer los deberes y mantener el orden ¡AH! ¡Y tenerme informada vía e-mail! ¿¡Qué más les podía pedir?! Habían aprendido a superarse. Habían adquirido técnicas que les permitían mejorar. Habían madurado.

Me estoy poniendo ñoña. Necesito volver a dar clase. Echo de menos a mis chiquimonsters. Mucho.