miércoles, 12 de febrero de 2014

La importancia de compartir materiales (y de tirar cosas desfasadas)

Cuando trabajaba en el Cap de Llevant un compañero de Tecnología dijo una gran frase: Si cada profesor compartiera aunque fuera sólo un material de creación propia, probablemente tendríamos la mayor base de datos del mundo. Pero aquí estamos, tirando de fotocopias obsoletas en las que aún aparecen los nueve planetas o que incluso ya amarillean y se resquebrajan al tocarlas.

Vosotros me diréis que la B y la V siguen siendo las mismas, y que el trabajo de cada profesor en clase es lo importante. Cierto. Lleváis razón. Además, tener unos materiales de base siempre es algo práctico y cómodo, aunque no me negaréis que es aburridísimo usar los mismos año tras año, sin cambiar siquiera una coma. El hastío en estado puro.

Por otra parte, existe también cierto celo a compartir. Entiendo que a veces nuestros materiales forman parte de una programación que posteriormente podemos presentar a oposiciones, pero qué queréis que os diga... ¿Qué hay de malo en que dos o veinte personas usen los mismos materiales? ¿Acaso no se usa el mismo libro en diferentes centro y por multitud de profesores? ¿No es diferente el enfoque de todas y cada una de esas clases? Hablamos a los alumnos de compartir, pero nosotros no predicamos con el ejemplo. Considero que eso nos enriquece aunque, eso sí, no debemos olvidarnos de citar la fuente, que somos muy listos, y luego nos apropiamos de lo que no es nuestro. Compartir, ¡sí, siempre! Pero citando la autoría. Citando al autor o la fuente no solamente hacemos honor a la verdad, sino que además mostramos nuestra honestidad ante alumnos, compañeros y, si fuera el caso, un tribunal de oposiciones (espero, por el bien de la educación en general y por el mío propio, que los miembros de los tribunales también estén a favor de compartir materiales y de usar materiales de compañeros).

Yo, por mi parte, contribuyo a nuestra "base de datos docente" con documentos y diapositivas que cuelgo en Slideshare, donde hasta el mes pasado había recibido la nada desdeñable cantidad de 10.000 visitas y porrocientas descargas de mis documentos. Si puedo ayudar en algo a un compañero y mis materiales pueden servir para que haga un poco de copy-paste de aquí y de allí, ¡genial! Y si me pueden ayudar a mí ¡mucho mejor!

Otras maneras de compartir son Google Drive, Google Sites, Dropbox o Calaméo, esta última muy usada por Es racó des PT, una web fabulosa en la que encontraréis un montón de recursos tanto para primaria como para secundaria, eso sí, especializados en adaptaciones.

Luego diréis: "Ya, pero es que cada uno tiene su estilo" o "Yo no comparto esa postura" o mil chorradas más. ¡Y qué más da! Al menos ya tenéis -tenemos- un punto de apoyo para empezar materiales nuevos o vemos nuevas maneras de enseñar en las que nunca habríamos caído y que tal vez sean mucho mejores para facilitar el aprendizaje de nuestros alumnos. No estoy diciendo que se tenga que usar el 100% de un material, ni que lo tengamos que sacar todo de la red, ni que los libros de hace 30 años no sean buenos. No, no estoy diciendo eso. Lo que trato de transmitir es que todas estas fuentes son un punto de partida valiosísimo sobre el que trabajar. ¿No creéis?

Y por el amor de Dios, almas en pena, haced el favor de tirar los materiales obsoletos y desfasados (de qué me sirve una noticia de los años ochenta si ya ha perdido su actualidad -hablo de lengua-), que acabáis acumulando fotocopias que nunca volveréis a usar y eso echa un tufillo a Diógenes que da miedo. Y ocupáis espacio. Eso me molesta especialmente si se ocupa mi espacio. Más aún si no se me pide permiso. Y todavía más si no se lee el cartelaco de "CASTELLANO" (una vez más, to whom it may concern). Reciclad el papel -o mejor, haced sólo las copias justas y necesarias-, ordenad vuestras cosas, revisad materiales antiguos y seleccionad los que aún son válidos y tirad los demás, conservad las cosas en formato digital, en vuestro PC o en la nube, pero por el amor de Dios, no saquéis fotocopias amarillentas hechas de recorta-pega de hace 20 años ni lleguéis al límite del síndrome de Diógenes, que nos conocemos.

Para que os hagáis una idea de cómo queda, os pongo uno de mis materiales colgados en Slideshare. Se trata de una actividad sobre la publicidad subliminal dirigida a adultos (o a adolescentes guarrillos en plena efervescencia hormonal).




2 comentarios:

  1. http://www.vivenciasespeciales.blogspot.com.es/2013/06/por-favor-optimizar-recursos.html

    Opino lo mismo compañera, si no compartes no puedes ser docente :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por comentar y, sobre todo, ¡por hacernos llegar tu blog! ¡Un saludo!

      Eliminar