viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Qué hacen las profes en su tiempo libre?

Si a los alumnos ya les encanta preguntar a los profesores acerca de su vida privada, esta pregunta ya es el colmo. No entienden que "leer" sea un pasatiempo, o que "estudiar" y hacer cursos de formación también lo sea. Eso, básicamente, no lo pueden concebir. Os lo voy a poner por escenas, que así es más fácil.


ESCENA 1: Sales de marcha y te encuentras con tus chiquimonsters.

¡Horror! Tú intentas ir toda mona y conservar la poca dignidad que te queda a las 3 de la madrugada con el rímel corrido y allí están ellos, con cara de asco, de incredulidad, acechando, llamándote "vieja" a gritos con la mirada. Allí están tus monstruitos de 15 años -que se creen muy mayores- que encima te recriminan que vayas a los mismos sitios a los que van ellos.

Así serían las fiestas de fin de curso si esto fuera EEUU, pero como no lo es, menos glamour, más chonismo y un poco de botellón, ¿no?
Excuse me????? Resulta que yo voy ahí todos los fines de semana y oh! Hoy es el día de fin de trimestre y mis chiquimonsters se agrupan en manada para ir a celebrar que van a estar unos dias (o meses) sin clases. ¿En qué cabeza cabe que una nena de 15 años ande suelta a esas horas de la madrugada? Bueno, yo ahí ya no entro, pero no me digáis que no es una situación un tanto incómoda. Más incomoda es aún la situación de recordárselo a nuestros jueces/elementos subversivos/alumnos en clase cuando te dicen: "Profe, te vi de marcha". Y tú sonríes, sonríes para no matarlos, porque en el fondo los quieres, aunque sea muy en el fondo.


ESCENA 2: La piscina.

Eres la profe novatilla en prácticas en el instituto de tu pueblo y, para mantener la salud, sueles ir con asiduidad a la piscina, donde pasas desapercibida. Pasas desapercibida hasta que te empiezan a conocer y empiezan a analizar cada pelo, cada michelín y cada gramo de grasa y celulitis de tu cuerpo. Del atuendo "barbie/choni deportista acuática" ni hablamos.

El vestuario de la piscina, ese gran sitio...

Ahí te debates tú, entre tu dignidad y el cloro de la piscina, entre una pulmonía o salir corriendo en pleno mes de enero. Y una, que además de ser profesional lo tiene que aparentar, hace acopio de la poca dignidad que le queda al estar en paños menores, hace como que tiene el cuerpo escultural de Bar Reffaelli, y se va para la ducha a darse una sesión de spa de cloro mezclado con champú del Mercadona, en el mejor de los casos será Pantenne. Una vez duchada, intentas secarte y vestirte procurando parecer lo menos ridícula posible y oh! Hay que pelearse con el secador. Esa máquina del demonio no funciona y fuera hace un frío glacial. No pasa nada. Te peinas y te quitas los enredos intentando no llorar y sales con la frente bien alta. Hasta que en clase te sueltan: "Profe, te vi en la piscina."


ESCENA 3: Los probadores de Stradivarius.

Se ha abierto un Stradivarius nuevo en la ciudad (o pueblo, porque el tamaño es relativo) y es como un centro de peregrinación. Todas acudimos a la tienda de moda ávidas de nuevos modelitos o de un básico para nuestro armario. Todas: de cualquier edad, tamaño, raza, clase o condición. Todas. Y ahí, cuando ya has ojeado lo que hay y has seleccionado algunas prendas que te quieres probar para decidir si te las compras, cuando has entrado en el probador y te peleas con la puñetera cortinita para no enseñar más culo del que tienes, ahí oyes unas voces que te resultan familiares...

Son ellas. También han acudido en manada a la llamada del capitalismo. Y ahí estás tú, sola -porque justo ese día se te ocurre salir sola de compras-, indefensa, sin depilar y con medio culo al aire, una vez más, intentando conservar tu dignidad. Tienes que salir del probador para tener una imagen general de la prenda, así que procuras salir "un poco mona".

Ahí están, te han visto y te analizan. Pero ¡oh, sorpresa! Parece que tienen buenas intenciones, son las chiquimonsters que se han ido convirtiendo en personas adorables a lo largo del curso (porque desengañémonos, esa es nuestra misión y el objetivo último de la educación). Os reproduzco el diálogo, que se explica solo:

- ¡Hola, profe!
+ (Con cara de circunstancias) Hola chicas. ¿Qué tal? (Craso error, ¡no les des conversación!)
- Bien, aquí, comprando, veo que tú también.
+ Sí, hija, las profes también nos vestimos. (Casualmente una de ellas ha cogido los mismos pantalones que tú y se los está probando).
- Profe, eso no te sienta bien, pero esto otro te queda superbien.

Gri, gri, gri... Cara de circunstancias.

+ Gracias, supongo-
- Oye, profe, ¿no has visto esa chaqueta? ¡Seguro que te quedaría genial! Oye, Fulanita, vete a buscarle una chaqueta a la profe.

Gri, gri, gri... Cara de circunstancias.

- Anda, profe, ¡pruébatela!
+ No sé, no sé. (Al menos han tenido la delicadeza de traerme mi talla)

Y ahí estás tú, probándote lo que te han seleccionado tus alumnas para que combine con lo que has elegido tú. El mundo al revés.

La cosa era más o menos así, pero sin tanto glamour.

- Jo, profe, qué guapa vas, te sienta superbien,  es superchula, te hace muy alegre.

Ahí sospechas y no sabes si te la están colando o lo dicen de corazón, porque en el fondo, muy en el fondo, tienen uno. Y ahí estás tú, en pleno mes de mayo, sucumbiendo a los halagos de tus chiquimonsters femeninas en pleno proceso de evolución de niña a mujer, como diría Julio Iglesias. Y te compras todo lo que ellas te han traído, y no sabes si lo has hecho por quedar bien, por los halagos, o porque en el fondo las prendas te gustaban. Eso sí, hasta pasar el juicio de otra amiga profe no le quité la etiqueta a nada y guardé el tique de caja como oro en paño. Por si las moscas.

Yo, en clase. Jajajaja, ¡qué es broma! Aunque daría el pego, ¿no?
La semana siguiente en clase resuenan los ecos de dulces vocecitas femeninas adolescentes:

- Profe, mira, ¡llevamos los mismos zapatos!
- Profe, mira, ¡llevamos los mismos pantalones!
- Profe, mira, ¡llevamos la misma chaqueta!

Y no sabes si todo eso es producto de la globalización y del capitalismo o de que, muy en el fondo, eres un modelo para ellas. No muy positivo, pero modelo a fin de cuentas.


Este post va dedicado a Jessy, avida lectora del blog y amiga, quien con un estado suyo en FB ha sido hoy mi inspiración. ¡Dulces monstruitos a los que se les perdona todo!

¿Cuáles son vuestros "encontronazos" más sonados con vuestros chiquimonsters? ¿Alguna anécdota?


3 comentarios:

  1. Gràcies per dedicar-me'l!!!! Tot un honor!!!
    Jo afegiria quan et veuen amb un amic i passes de solterona a tindre parella formal o un amic per.....!!!!

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  2. Jajaja, lo prometido era deuda!!!! I sí, aquestes coses també passen! Tenen una fixació absoluta per la nostra vida sentimental, aquests xiquimònsters! jajajaja. Un bss!

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  3. Per cert, també podria fer un post titulat "¿Profe, tienes novio?" Jajajaja. Segur que tindria èxit! xD

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