martes, 26 de febrero de 2013

De cuando fui profesora de lenguas extranjeras

Actualmente estoy haciendo un curso de fomación online que organiza la Conselleria d'Educació y una de las actividades es explicar una experiencia educativa que hayamos tenido para con la enseñanza de lenguas extranjeras y adjuntar una fotografía. Así pues, me he propuesto explicar algunas cosas de mi vida que, por sí solas, quedarían inconexas en el blog. Aunque me he excedido un poco en extensión y en pretensiones, creo que mi experiencia como profesora de lenguas extranjeras en tres idiomas queda bien plasmada. ¡Ojalá que pueda aumentarla en breve!

A lo largo de mi vida, y desde los 17 años, he realizado varios trabajos y no todos ellos tenían que ver con la docencia. A parte de las típicas clases particulares que salen de tanto en tanto, me pasé 6 temporadas trabajando en un souvenir. Eso suponía que acababa las clases el 31 de mayo y el 1 de junio ya empezaba a trabajar; libraba los días que tenía examen. Y así hasta el 30 de septiembre, para volver a la UIB el 1 de octubre. Había cosas que me gustaban mucho del trabajo, como estar todo el día hablando -ya me conocéis- y el hecho de practicar idiomas mientras hacía paquetitos de regalo, asesorar sobre moda y calzado (ironía, bueno, sobre calzado sí) y quitar el polvo a las figuritas NAO de Lladró sin romper ninguna. Hay que ver lo que gusta Lladró a los ingleses, ¡una locura, oiga! Recuerdo que me encantaba vender NAO a las señoras mayores del centro de Inglaterra, eran un encanto, más majas ellas... Y gastaban, eso es lo importante, jejeje. Ahí estuve todos los veranos del 2003 al 2008.

En cuarto y quinto empecé mis contacto directo como docente de lenguas extranjeras. No era exactamente clase lo que yo impartía, sino más bien horas de conversación y de contexto cultural, un bloque de 6 horas para cada grupo. El trabajo de verdad venia bajo la etiqueta de "guardian angel" o "student helper". Colaboré, pues, con CIEE a la hora de integrar a los alumnos americanos no sólo en la universidad, sino también en la ciudad de Palma. Íbamos a comer, a cenar, a tomar un aperitivo, de excursión, ¡incluso de viaje a Barcelona! Me lo pasé pipa. Además, como eran colaboraciones más informales, me lo tomaba más como un hobbie que como un trabajo. Aprendí muchísimo de Antonia Ferriol, la directora del centro, quien me dio muchos trucos para procurar enmendar errores y evitar el choque cultural. Recuerdo aquella etapa con mucho cariño, no en vano, los mejores años de mi vida se los debo a la universidad.

Una de las actividades en las que colaboré fue una excursión a Petra. ¿Y por qué Petra? Porque de ese pequeño pueblo mallorquín es Fray Junípero Serra, que fundó la mayoría de ciudades del suroeste de Estados Unidos. Allí visitamos unas bodegas, la casa/museo de Fra Juníper y comimos en un restaurante de la plaza. Aquí tenéis unas fotitos*.

DE PETRA A CALIFORNIA


Mirad qué atentos, escuchando la explicación sobre la elaboración del vino.

Uno de los rinconcitos que visitamos en Petra

Ésta última es de la cena de despedida: tres profes/asistentes y tres alumnos.

En quinto, antes de acabar la carrera, se salió mi primer trabajito de docencia directa con alumnos. Se trataba de impartir dos horas seguidas de clases extraescolares de inglés en un colegio de Palma, Montision. Ahí descubrí que lo mío era secundaria y no primaria, porque tuve a unos 20 nenes de 1º a 3º de primaria, que después reestructuramos, y me quedé con unos 15 sólo de 2º de primaria. Os aseguro que los miércoles de 3 a 5 yo me cansaba más que en toda la semana, jajajaja. Eran muy majos -salvo excepciones-, pero el trabajo de maestra no es lo mío. Eso sí, os aseguro que aprendieron pintando, recortando y pegando un montón. Trabajábamos por temas: los animales, la familia, la ropa, los juguetes... Las clases eran básicamente de vocabulario, aunque intercalaba algunas frases básicas. Desde luego, dar gramática en 2º de primaria no es lo suyo... Me gustó mucho la experiencia, pero sin duda alguna prefiero un 2º de ESO.

Al acabar la licenciatura, en junio de 2008, seguí trabajando una temporada más en la tienda, pero en septiembre me surgió la oportunidad de trabajar en una beca de colaboración / investigación en la universidad. Además, era de fonética. Todo un lujazo. Por si eso fuera poco, además era un estudio sobre el vocalismo balear aplicado al aprendizaje del inglés, así que era fonética aplicada en vena con un propósito didáctico. Ahí mi vertiente friki se desarrolló más aún, hecho del que me enorgullezco hasta la saciedad, jejeje. Mientras, estaba estudiando el CAP del diablo, esto es, una formación "pedagógica" que no sirve para nada. Yo creo que muchos pedagogos tienen un complejo histórico que les llega de la antigua Grecia, cuando su labor se basaba en acompañar a los hijos de casas buenas al gimnasio (colegio) y velar por su integridad física y sexual (vamos, tenían que impedir que sus profesores se los beneficiaran). Eso para mí era un trámite, porque pronto me di cuenta que, en clase, tenía que hacer exactamente lo contrario a lo que ellos me decían si quería tener suerte, orden y, sobre todo, si quería que mis alumnos aprendieran y se desarrollaran como personitas. El verano de 2009 me tomé un descanso en el souvenir y seguí trabajando en la beca de la universidad.

A principios de septiembre, y por cosas del destino, recibí varias llamadas de compañeras mías que habían estudiado Filología Catalana diciéndome que tenían unas cuantas horitas de lengua catalana para mí, puesto que tengo el Nivell D (C2). Por falta de tiempo, a ellas les era imposible realizar esas clases. Aquí empieza mi etapa en el Ejército. No, no es broma. Se trataba de impartir clases de lengua catalana y literatura a nivel de 3º y 4º de ESPA (ESO) para militares de tropa que necesitaran sacarse el graduado, bien porque fueran de la antigua etapa de EGB, bien porque no habían podido acabar sus estudios. Como veis, seguí trabajando con las lenguas extranjeras. Sí, con las lenguas extranjeras, puesto que el 95% de mi auditorio lo conformaban alumnos que desconocían totalmente el catalán, así pues, tuvieron que ponerse las pilas para, en un curso, llegar a un nivel como de 4º de ESO o, al menos, prepararse para el curso siguiente y perfeccionar las demás asignaturas.

Lo tengo que confesar: Llegué a la base militar con cierto miedo. Aunque siempre diga que voy a comprar una arma y a cargarme a alguien, lo cierto es que sólo de verlas de lejos me dan pavor. Además, el hecho de que alguien de mi misma edad -o mayor- me tratara de usted me desconcertaba. La verdad es que fueron todos muy majos, desde el teniente que se encargaba de organizar el curso hasta el último soldado de la clase. En esos tiempos se me conoció somo "sa mestra", pronunciado a la castellana. Aunque en un principio no lo pareciera, ésta ha sido una de mis mejores experiencias dando clase, no sólo porque suponía todo un reto enfrentarse a 40 hombres corpulentos en clase que me miraban con cara de susto / desconcierto / desconfianza en los primeros días (en los últimos días sólo había unos 10 o 12 como mucho), sino porque, lejos de lo que uno se pueda imaginar, me dieron TOTAL LIBERTAD para organizar las clases, el temario, etc. Mientras los alumnos aprendieran lo que entraba al examen (el recién inaugurado por aquel entonces currículum de ESPA), no había problemas. No os voy a contar cómo fue la parte de explicar sociolingüística y lo de catalán/malloquín/valenciano y su p... madre, porque al final hice valer mi autoridad académica y todos tan contentos, pero os puedo asegurar que me lo pasaba pipa llevándoles noticias del victorioso Barça de Guardiola -a ellos, que eran prácticamente todos del Madrid- y leyéndolas en clase. Era una práctica de lectura en catalán como cualquier otra, pero os aseguro que prestaban más atención a eso que a cualquier otra chorrada. Si el Barça había jugado Champions en miércoles y había ganado, los jueves a las 7 me temían: tocaban las puyitas Barça-Madrid.

Como veis, una vez superados los primeros días en los que se repetía la siguiente situación de:

PROFESORA: Meam, tu, Antonio, d'on ets?
ALUMNO: De Graná.
PROFESORA: Sí, d'acord, però que me podries dir d'on ets? Jo sóc de Mallorca.
ALUMNO: De ande voy a ser, hija, de Graná!

Grigrigri

PROFESORA: Que m'ho podries dir en català?
ALUMNO: -Con cara de pocos amigos pero intentándolo hacer lo mejor posible para conservar su orgullo de macho- "Jo sóc de Granada".
PROFESORA: Molt bé! Ho has fet beníssim! Melassa! (Y era cierto, lo hizo divinamente, era sólo un poquito de timidez.

La cosa se relajó y las clases empezaban a ser más distendidas, no en vano, venían voluntariamente por las tardes y después de haber trabajado por las mañanas. Al tiempo que impartía mis tres horitas semanales de catalán me llamaron de la Consellería y empecé a trabajar en Manacor, donde conocí a gente fabulosa, así que cruzaba mallorca casi a diario para dar clase y el tren se convirtió en mi despacho particular para corregir, preparar clases, etc.

Tras acabar mi sustitución en el IES Mossèn Alcover, en enero la Conselleria me manda a un CEPA a Menorca, donde seguiría trabajando con adultos aunque desde el ámbito de la lengua castellana. Me apenó mucho dejar las clases en Palma, pero no tenía alternativa. Una compañera de catalán ocupó mi lugar y los chavales estaban más encantados aún si cabe. ¡Gracias Xisca! Bueno, sigamos: Como llegaba a Menorca con unas altas expectativas, la realidad me chocó bastante. Como ya he dicho otras veces no me gustó nada ese tipo de enseñanza para adultos. ¡Era todo taaaaan distinto de los niños de la base! Eso sí, para hacer honor a la verdad, también tengo que decir que tuve alumnos y grupos fabulosos con los que aún mantengo el contacto. Luego la suerte volvió a llamar a mi puerta y estuve el curso anterior (2011-2012) en un IES todo el curso. La experiencia como tutora de 2º de ESO en el Cap de Llevant es de lo mejorcito que me ha pasado en la vida, tampoco se quedan atrás los otros grupos de segundo, ni mi primerito de procesos de comunicación, ni mis terceros de chiquimonsters, especialmente mi 3º C.

Mi tutoría de 2º - Falta Júlia

De los chiquimonsters de 3º ya os he hablado muchas veces, jejeje.

Ahora espero que la suerte, en su camino, se vuelva a pasar por aquí. Dios sabe que la persigo, le mando cartas, e-mails y currículums, pero se hace de rogar. ¡Pronto llegará!


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*Si alguien se reconoce en las fotos y no quiere aparecer, que me lo comunique por e-mail y eliminaré la imagen o pixelaré su rostro. 

2 comentarios:

  1. Hola Isabel!!

    Soy Jaume, fui alumno tuyo en el IES Cap de Llevant, en el curso 3º C.
    He encontrado tu blog por casualidad y me ha alegrado saber de ti.
    Espero que todo te esté yendo bien.

    Un saludo.

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    1. Ayyy, ¡qué bonicos sois todos! ¡Y qué alegría saber de ti! Os echo mucho de menos, la verdad es que ver que aún te acuerdas de mí es algo que me emociona y hace que este trabajo de verdad merezca la pena. ¡Un besazo y mucha, mucha, mucha suerte, porque de verdad te la mereces!

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