lunes, 8 de diciembre de 2014

La Patrona - A Homage to Our Servicemen

APUNTE DESPUÉS DE HABER ESCRITO LA ENTRADA Y AVISO A LOS LECTORES: CREO QUE ME HE METIDO EN UN BERENJENAL DEL QUE NO SÉ CÓMO VOY A SALIR, JAJAJA. 

Hoy voy a vestir mi blog de verde, pero hoy no toca el verde-educación pública, sino que hoy toca el verde militar. Nota preliminar: Para aquellos que no lo sepáis, la Inmaculada es la patrona de infantería, de ahí el día de la publicación del post y su título, que no va acompañado de una postilla en inglés por casualidad, como ya veréis.

Resultaría burdo y simplista por mi parte reclamar que se destinara más inversión pública a educación -que falta hace-, sanidad -que falta hace- o investigación -que falta hace- que a defensa, y hasta absurdo reclamar la desaparición del Ejército. Mucha gente piensa de esa manera, y es respetable, pero en muchos casos su opinión se debe a que están muy desinformados sobre quiénes forman la que, después del paro, creo que es la empresa más grande de España.

Para comenzar, cualquier país del mundo tiene un ejército, hasta la neutral Suiza y los harto educadísimos países nórdicos. ¿Por qué no lo íbamos a tener nosotros? La última vez que descuidamos nuestra defensa fue por la mala gestión de los visigodos y nos invadieron los moros, no os digo más (ironic mode on). Y eso de que en España se vivió una dictadura militar durante cuatro largas décadas que siguieron a una cruenta guerra civil, por muy cierto que sea, no me sirve. Tampoco me sirve que se hable de corruptelas, porque podríamos empezar por cualquier ministerio o consejería autonómica, como sucede con la de des-Educación en Baleares (y muy especialmente en los últimos días). Yo siempre digo que un instituto es una representación de la sociedad heterogénea en la que vivimos, pues bien, el Ejército también. Así que, obviamente, me imagino que se encontrará de todo.

Sin embargo, esta entrada no la quiero dedicar a las Fuerzas Armadas a gran escala, sino a cada uno de sus integrantes, muy especialmente a la tropa. Aquí me gustaría mostraros lo que yo veo en ellos, cómo son, cómo viven, cómo actúan, cómo piensan. Cierto es que los estereotipos han hecho mucho daño, puesto que, como todos sabéis, los profesores somos unos vagos que apenas trabajamos y que cobramos un dineral con el que arruinamos al Estado, los pilotos siempre están en huelga y los funcionarios de la administración sólo saben ir a tomar café, ¿verdad? Lejos de los estereotipos que todos conocemos sobre el militar español (y sobre todos en general), os dejo con la lista (quienes me leéis asiduamente ya sabéis que adoro las listas) de lo que yo veo cuando me topo con alguno de ellos; obviamente es una generalización, porque de todo hay en la viña del Señor, pero a grandes rasgos, son así:

  • Son personas extremadamente disciplinadas prácticamente en todos los aspectos de su vida. 
  • Saben distinguir las relaciones personales de las profesionales. 
  • Respetan sobremanera a sus compañeros. 
  • Tienen el instinto de protección extremadamente desarrollado. 
  • Trabajan en equipo de una manera formidable (y rápida). La jerarquía también ayuda a ello, puesto que cada uno sabe cuál es su sitio. 
  • Muchos de ellos estudian por las tardes y/o por las noches, puesto que consideran que la formación es algo fundamental. 
  • Pueden vivir con muy poco, con lo básico (si sólo tienen un jersey y unos pantalones no necesitan más).
  • Forman todos juntos una familia, saben que si se presentan malos momentos su único apoyo será el de quienes estén con ellos: sus compañeros (¿Profes interinos desplazados, os suena?)
  • Valoran las obligaciones profesionales como un añadido a la experiencia personal (misiones). 
  • Saben amortizar los recursos con los que cuentan.
  • Son sumamente respetuosos (tal vez sea por su trabajo, pero creo que es de los pocos colectivos que, en general, mantienen y fomentan las normas de educación de toda la vida). 
¿Qué es lo que me da pena de todo ello? Que un militar a veces no se sienta seguro de revelar cuál es su profesión. Tal vez se deba a que hasta hace no mucho en España padecíamos la lacra del terrorismo; pero siendo sincera, creo que todo ello se debe más al miedo de sentirse rechazados por la sociedad, debido precisamente a los estereotipos de los que antes hablábamos, que a cualquier amenaza terrorista de antaño. A mí todo esto no me extraña: Vivimos en una sociedad que, lejos de agradecer la labor de quienes prestan y prestamos un servicio público, criminalizan a su colectivo. Si no es así, ¿dónde se ha visto que una sociedad critique y ponga de vuelta y media a sus maestros y profesores? ¿dónde, sino en España, se menosprecia la sanidad pública que tanto nos ha costado lograr? -y algunos se empeñan en destruir, pero eso es harina de otro costal. Todo esto lo podemos aplicar tanto al Ejército como a demás personas que velan por nosotros (médicos, policías, barrenderos, maestros, celadores, administrativos, etc.)

El otro día me comentaban la anécdota de una soldado (del aire, en este caso) que acababa de regresar de Afganistán después de largos meses de ausencia, dejando en casa a su marido con una bebé. Llegaban a la terminal del aeropuerto sin pena ni gloria, de manera discreta, reservada, sin aspavientos mayores que aquellos que les dedicaron sus familiares. Nadie supo de su trabajo. No salieron en la televisión, nadie les dedicó el minuto de gloria que se tenían más que merecido. Sin embargo, cuando ya se hallaba con su familia en el ascensor, una ciudadana anónima, de esas que hace falta que surjan más a menudo, la miró sonriente y le dedicó un cálido "Bienvenida". Su marido, quien tiempo atrás también había sido militar, me relataba la escena emocionado, perplejo, agradecido.  Claro está que no esperaban una recibida como la que el pueblo ofrece a sus "servicemen" en los Estados Unidos, o como la que sí que apareció en Antena3Canarias, que podéis encontrar en Youtube, pero también me horroriza que estén tan acostumbrados al menosprecio que hasta se sorprendan por un simple "gracias" o un "bienvenida". Simplemente me horroriza y me avergüenza. 

Otro de los sambenitos con los que tienen que batallar es el hecho de que se dedican única y exclusivamente a la guerra. ¡ERROR! Os aseguro que ahí dentro hay profesionales de todos los ámbitos y, aunque así fuera, os remito al dicho latino que reza que si quieres la paz, debes prepararte para la guerra: Si vis pacem, para bellum. (Este párrafo no responde a un hecho observado, sino a una suposición mía, que quede claro). 

¿Por qué sucede todo ello? Pues porque de cuestiones de defensa saben mucho, muchísimo, pero de márquetin saben más bien poco. Y cuando hablo de márquetin no me refiero a propaganda visual al uso, sino a mostrar lo que son. Una idea que me parece genial es que acudan a los diferentes pueblos cuando los ayuntamientos piden su colaboración para una feria. Es una manera fabulosa de acercarse a los ciudadanos, puesto que no sólo muestran su trabajo en pósteres y fotos, sino que se muestran a sí mismos e interactúan con la gente: se dan a conocer. Otra cosa sensacional es la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en el Parc de la Mar, cerca de la gente. Salir de los cuarteles es, desde mi punto de vista, lo mejor que pueden hacer. Normalizar su presencia es básico para que se les vea como personas cercanas (evidentemente, sin descuidar el trabajo). Pese a mi opinión, seguramente no va a faltar quien me diga que el contacto de los militares con la calle es una agresión a la democracia. Son precisamente los que, detrás de una fachada de progresismo, a mi juicio, ocultan una severa intransigencia contra todo lo que no va con sus convicciones. 

Aunque a veces parezcan autómatas, detrás de esos rostros serios de nuestros militares hay personas como tú y como yo, con una gran vocación de servicio como la que pueda tener cualquier docente de los que pasáis por aquí. O mayor. 


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PD. ¿Se nota que mi corazoncito lo ocupa uno de ellos, no? :D

2 comentarios:

  1. "Si sólo tienen un jersey y unos pantalones no necesitan más", ojalá Dios te escuche. Bendiciones y buenas noches.

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  2. ¡Gracias por tu comentario! Al menos el mío es así. -y los que conozco también-. Aunque tal vez tenga algo que ver con su escaso sentido de la moda, jajaja. ¡Un saludo!

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