Ay, guarrillos que habéis llegado hasta aquí atraídos por el título... ¡Si es que no hay que ser tan malpensados! Un 'completo', en mi caso, no es eso sobre lo que vuestro sucio y verde cerebro está barruntando, es un día dedicado a los quehaceres domésticos, a la compra y, en cuanto acabe este post, a ir a caminar.
Como no todo va a ser enervarme porque desde nuestro gobierno y desde nuestra
no tan amada conselleria se dedican a hacer cosas que tienen poco sentido, hoy, después de las evaluaciones, con la casa limpita, la colada hecha, la nevera llena de fruta (milagrosamente estoy en el día 26 de la dieta) y con nada que hacer, he decidido también ordenar mi mente, pasear, escuchar música, volver, darme una duchita y muy probablemente salir a dar una vuelta por la noche. Sí, ya sabéis, esas vueltas que se alargan misteriosamente y hacen que acabes muy de madrugada en tu cama, por los pies deshechos por los tacones.
Así estaré cuando llegue de caminar
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